Pa ai O Ji ddu Krishnamun Vi en un mu sin sentido Jiddu Krishnamurti SIN SENTIDO SUMARIO A A ias A Una conversación entre dos amigos ..0coooarnninennrcinnnnnenanos I J. Krishnamurti en el período de la Segunda Guerra Mundial ....oooocccnonnninnacnnenanccinanas L l- Usted eseltesponsable ett 23 E A E 31 A AUS A Marina 53 J Ea telación iaa 59 Y LOS JOVENES rs ia 67 0 ELA de VIV adios 83 7. Más allá de la violencia. La paz, el amor .................. 101 8. ¿Es posible despertar | la percepción interna en otro? ...ooooooccnconanonononccinnocnnns 105 Obras. Cadas ads 137 FUNDACIONES a ta a ae e do a e OL 139 PRÓLOGO Los textos que aparecen a lo largo de este libro han sido di- rectamente extraídos de varios libros de Krishnamurti que incluyen charlas públicas, preguntas y respuestas, conversa- ciones y escritos. Krishnamurti hablaba siempre desde una perspectiva tan amplia que en cualquier pasaje de cierta extensión se pue- de apreciar la totalidad de su visión. Sin embargo, si uno de- sea ver el desarrollo de algún tema en particular dentro de su contexto, ponemos a disposición el libro de referencia. Así, en las últimas páginas aparece el listado de los libros de don- de se ha extraído la selección de estos textos. Llevarlo a cabo puede ser de gran ayuda para compren- der con mayor profundidad cualquier fragmento expuesto en este libro. Si desea más información, por favor contacte la Krishnamurti Foundation of America en Estados Unidos (www.fka. org), con la Krishnamurti Foundation Trust en Inglaterra (www.kfoundation.org), o con la Fundación Krishnamurti Latinoamericana en España (www.fkla.org). También pue- de visitar la web oficial de las Enseñanzas de Krishnamurti (www.jkrishnamurti.com). UNA CONVERSACIÓN ENTRE DOS AMIGOS... Durante los próximos días tendremos una serie de encuen- tros, de modo que podemos empezar a dialogar esta misma mañana. Ahora bien, si ustedes y yo nos reafirmamos, si se aferran a sus opiniones, sus dogmas, sus experiencias, sus conocimientos, y yo me aferro a los míos, está claro que no habrá un verdadero diálogo porque no seremos libres para investigar. Dialogar no consiste en compartir experiencias mutuas, de hecho no hay compartir, sólo existe la belleza de la verdad, la cual ni ustedes ni yo podemos poseer, simple- mente existe. | Para dialogar con inteligencia, no sólo debe haber afecto sino también duda. Como saben, a menos que uno dude no puede haber investigación, porque investigar significa cues- tionar, descubrir por sí mismo, paso a paso. Si lo hacen, no necesitarán seguir a nadie, ni pedir a nadie que reafirme o constate su descubrimiento, pero todo eso exige una inteli- gencia y sensibilidad extremas. Dicho esto, ¡espero no haberlos disuadido de hacer pre- guntas! Se trata simplemente de mantener una conversación entre dos amigos: no se trata de reafirmarnos, ni de intentar dominarnos mutuamente, sino de hablar con naturalidad, con afecto, en una atmósfera de amistad, de compañerismo, tra- tando de descubrir; con esa actitud es como la mente descu- 10 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO bre. Sin embargo, les aseguro que lo que se descubre tiene muy poco valor, porque lo importante es descubrir y, después, seguir investigando. Es perjudicial quedarse con lo descubier- to, porque en ese caso la mente se bloquea, se cierra; mien- tras que si uno muere a aquello que descubre en el instante de descubrirlo, entonces puede fluir como un arroyo o como un río caudaloso. Obras completas, tomo XV, 10.* charla Saanen, Suiza, 1 de agosto de 1965 J. KRISHNAMURTI EN EL PERÍODO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Aunque incesantemente hablamos de paz, hemos sufrido mi- les y miles de guerras. Nuestro vivir cotidiano es una gue- rra, un campo de batalla, un constante conflicto. Lo damos por inevitable, nunca nos preguntamos si somos capaces de vivir una vida de paz absoluta, lo que significa una vida sin conflicto alguno. El conflicto existe porque hay contradic- ción en nuestro interior, lo cual es bastante simple de ver: te- nemos diferentes deseos que se contradicen entre sí, exigen- cias opuestas, lo cual genera conflicto. Hemos aceptado todo eso como inevitable, como parte de nuestra existencia, y nun- ca lo cuestionamos. | Usted es el mundo, 1.? charla U.C. Berkeley, California, 3 de febrero de 1969 SOY EL MUNDO El mundo está sumido en el dolor y la confusión, con el pro- blema de la lucha y el sufrimiento siempre presentes. Sólo somos conscientes de este conflicto, de este dolor, cuando . nos afecta personalmente, o cuando se manifiesta en nues- tro alrededor, como en este momento. Las guerras ya existían 12 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO antes, sin embargo, a la mayoría de nosotros no nos preocu- paban porque eran distantes y no nos afectaban en lo perso- nal, en lo profundo, pero ahora tenemos la guerra frente a nuestras puertas, y eso parece dominar las mentes de casi to- dos nosotros. Ahora bien, no voy a responder a las preguntas que ine- vitablemente surgen cuando uno siente una preocupación in- mediata por los problemas de la guerra, qué actitud debemos adoptar o cómo debemos actuar, etcétera. Pero, quizás, jun- tos podamos conversar sobre un problema mucho más pro- fundo, porque la guerra tan sólo es una manifestación externa de la confusión, de la lucha, el odio y el antagonismo inter- no. El problema que debemos investigar, y que siempre está presente, es el problema del individuo y de su relación con el otro, o sea, con la sociedad. 5i conseguimos comprender ese problema tan complejo, tal vez seamos capaces de evitar las múltiples causas que, en última instancia, conducen a la gue- rra. Por más cruel y maligna que sea la guerra es un síntoma, y tratar los síntomas externos sin considerar las causas más profundas resulta inútil, no tiene sentido; no obstante, si cam- biamos las causas reales, quizá sea posible crear una paz que ninguna circunstancia externa pueda destruir. La mayoría tenemos tendencia a pensar que mediante la legislación, la simple organización o un líder se resolverán los problemas de la guerra, de la paz, así como otros proble- mas humanos. Como individualmente no queremos respon- sabilizarnos de la confusión interna y externa de nuestras vi- das, recurrimos a las autoridades, a los grupos y a la acción colectiva. Por medio de estos métodos externos podemos te- ner cierta paz provisional, pero tan sólo es posible tener paz duradera, perdurable, cuando el individuo se comprende a sí mismo y comprende su relación con el otro, lo cual consti- tuye la sociedad. La paz está dentro, no fuera, y Únicamen- J. KRISHNAMURTI 3 te puede haber paz y felicidad en el mundo cuando el indivi- duo, que es el mundo, empiece realmente a transformar en su interior las causas que generan la confusión, el sufrimiento, el odio, etcétera, cuando quiera afrontar estas causas y resol- verlas de forma radical y para siempre. El mundo a nuestro alrededor está en constante cambio, modificándose en cada momento, con su angustia y dolor per- manentes. En medio de esta modificación y conflicto, ¿es po- sible tener paz y felicidad duraderas, independientes de cual- quier circunstancia? No importa la circunstancia en la que el individuo se encuentre, siempre puede descubrir y vivir en paz y felicidad. Durante estas charlas trataré de explicar cómo experimentarlo en uno mismo y, de ese modo, liberar al pensamiento de sus propias limitaciones autoimpuestas. Pero cada uno debe experimentar y vivirlo con intensidad, no limi- tarse a vivir de acciones y frases superficiales. El experimentarlo con seriedad debe empezar por noso- tros mismos, en cada uno de nosotros, y resulta inútil cambiar tan sólo las condiciones externas sin un profundo cambio in- terno, porque la sociedad es lo que el individuo es, eso es la socieda; la relación con otro constituye la estructura de la so- ciedad, y no es posible establecer una sociedad pacífica e in- teligente si el individuo es intolerante, cruel y competitivo. Si el individuo no es generoso, afectivo, considerado en su relación con otros, sin lugar a dudas generará conflicto, an- tagonismo y confusión. La sociedad es una prolongación del individuo, la sociedad es nuestra propia proyección, y, a me- nos que nosotros mismos nos comprendamos profundamente y nos transformemos de manera radical, el mero cambio ex- terno no traerá la paz al mundo, no generará ese orden nece- sario para una relación social feliz. Así pues, no pensemos en cambiar sólo el entorno, eso su- cederá y debe suceder si toda nuestra atención está enfocada 14 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO hacia la transformación del individuo, de nosotros mismos y de nuestra relación con los demás. ¿Cómo puede haber her- mandad en el mundo si somos intolerantes, si odiamos, si so- mos codiciosos? Es obvio, ¿verdad? Si a cada uno de noso- tros nos impulsa una ambición obsesiva, si nos esforzamos por alcanzar el éxito y buscamos la felicidad en lo material, es indudable que estableceremos una sociedad caótica, des- piadada y destructiva. Si todos los que estamos aquí com- prendemos, y estamos totalmente de acuerdo, que el mundo es lo que nosotros somos y lo que nosotros somos es el mun- do, entonces podemos plantearnos cómo generar ese cam- bio tan necesario en nosotros mismos. Sin embargo, mien- tras no estemos de acuerdo en este punto fundamental y nos limitemos a depender del medio para encontrar la paz y la fe- licidad, le estaremos dando al medio una enorme importan- cia, que no tiene, porque el medio lo hemos creado nosotros y, sin un cambio radical en nosotros, el medio se convertirá en una cárcel insoportable. Nos aferramos al medio esperan- do encontrar seguridad y la continuidad de la propia identifi- cación; como consecuencia, nos resistimos a cualquier cam- bio de pensamiento y de valores. Pero la vida es un constante movimiento, y por eso tenemos ese permanente conflicto en- tre el deseo, que siempre se convierte en algo estático, y esa realidad que no tiene morada. El hombre es la medida de todas las í cosas, y Si su visión está distorsionada, lo que piense y establezca conducirá sin duda al desastre y al sufrimiento; según lo que el individuo piensa y siente, así establece la sociedad. Yo siento que soy el mundo, que dependiendo de lo que haga generaré paz o su- frimiento en ese mundo que soy yo mismo, y mientras no me comprenda a mí mismo no puedo aportar paz al mundo. Por tanto, mi interés inmediato soy yo mismo, no en el sentido egocéntrico, no con la intención de transformarme para con- J. KRISHNAMURTI 15 seguir mayor satisfacción, más sensaciones intensas o más éxitos, sino porque mientras no me comprenda a mí mismo seguiré viviendo con el dolor, con el sufrimiento, y no será posible descubrir una paz y una felicidad duraderas. Obras completas, tomo IT, 1.* charla Ojai, California, 26 de mayo de 1940 INTERLOCUTOR: ¿Cuál es la actitud más adecuada en cuanto a esa terrible guerra que hay en Europa? ¿Podemos hacer algo por medio del pensamiento? Siento el horror y el sufrimiento de esa guerra, ¿puedo olvidarme de ella? ¿Es posible hacerlo si me desvinculo? ¿Puede profundizar en su charla sobre la situación actual del mundo? KRISHNAMURTI: Con frecuencia pensamos, equivocadamente, que el caos y la desdicha del mundo tienen una única causa, y que si conseguimos superarla tendremos orden y felicidad en el mundo. La vida es un proceso complejo, y para captar su grandeza debemos comprenderla de forma amplia y profun- da. La guerra es el resultado de nuestra vida diaria, de nues- tra codicia, de nuestra actitud cotidiana hacia nuestros seme- jantes durante lo que llamamos “tiempo de paz”. En nuestra vida de todos los días somos competitivos, agresivos, nacio- nalistas, vengativos, egoístas, lo cual termina inevitablemen- te en guerra. En lo intelectual y emocional estamos influidos y limitados por el pasado, lo cual genera la presente reacción de odio, de antagonismo y conflicto. Intelectualmente somos incapaces de discernir con claridad y, en consecuencia, esta- 16 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO mos confundidos; somos incapaces de discernir porque nues- tra facultad de pensar se ha restringido a causa de las influen- cias y limitaciones del pasado. Hasta que el pensamiento no esté libre de estas influencias y limitaciones, el conflicto y la guerra, el dolor y el sufrimiento seguirán; hasta que nues- tras propias vidas no dejen de ser agresivas, codiciosas, y de- jemos de buscar seguridad psicológica, es decir, de dividir el mundo en diferentes clases, razas, nacionalidades y religio- nes, no tendremos paz. Aunque externamente podamos detener esta matanza, aun así, si no empleamos nuestras mentes y corazones con toda seriedad y firmeza en comprender y liberarnos de las causas psicológicas, de la codicia, del amor posesivo, de la conti- nuidad del yo, seguirán existiendo la lucha y el dolor. La paz viene de lo interno, no de lo externo; para comprender esa paz se necesita investigar con seriedad. . Preguntaba si desvinculándose de la guerra podrá olvidar- la; ¿cómo puede desvincularse de la guerra si usted mismo es la causa de la guerra? ¿Cuál es la razón de que esté vinculado con esta guerra actual? Puede que tenga familiares implica- dos en la guerra, o que esté emocionalmente comprometido con ella. Si sus familiares están implicados en la guerra, ese sufrimiento es comprensible, pero el simple estar emocional- mente comprometido no tiene ningún sentido. Si se limita a desvincularse de la guerra con esa excitación emocional, sin duda, dependerá de otras sensaciones. Por tanto, a menos que comprenda por qué depende de esa sensación, de esa cons- tante búsqueda de excitación que se vuelve vulgar y degra- dante, siempre encontrará nuevas formas de excitación y sa- tisfacción. La causa es profunda, y para comprenderla debe liberarse de sus superficialidades. No crea que con el simple desear la paz la tendrá si en su vida diaria de relación sigue siendo agresivo, codicioso y J. KRISHNAMURTI 17 busca seguridad psicológica, sea aquí o en el más allá. Debe comprender la causa central del conflicto y el sufrimiento, para luego disolverla y no meramente buscar la paz exter- na. Pero, como sabe, la mayoría de nosotros somos indolen- tes, somos demasiado perezosos para examinarnos y com- prendernos a nosotros mismos. Al ser perezosos, lo cual es en realidad una forma de arrogancia, pensamos que otros re- solverán el problema por nosotros y traerán la paz, o que de- bemos eliminar a esas pocas personas que, según parece, son las causantes de las guerras. Si el individuo está en conflicto consigo mismo, es inevitable que genere conflicto en lo ex- terno; sólo uno mismo puede generar paz dentro de sí mismo y, en consecuencia, en el mundo, porque uno es el mundo. Obras completas, tomo III, 7.* charla Ojai, California, 7 de julio de 1940 INTERLOCUTOR: El presente es un horror trágico y rotundo, ¿por qué usted sigue insistiendo en que el presente contie- ne lo eterno? KRISHNAMURTI: El presente es conflicto y sufrimiento, con oca- sionales destellos de efímera dicha. El presente se mueve ha- cia atrás y hacia adelante en su recorrido del pasado hacia el futuro, de modo que el presente está en constante movimiento. El presente es el movimiento del pasado y el pasado consti- tuye nuestro ser, ¿cómo puede uno, entonces, comprender el pasado si no es a través de su movimiento en el presente? No es posible examinar el pasado con ninguna otra herramienta 18 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO que no sea la que tiene, es decir, el presente. El presente es la puerta de entrada al pasado y, si lo desea, al futuro. Lo que somos es el resultado del pasado, del ayer, y para comprender el ayer debemos empezar en el hoy; para comprenderse debe empezar consigo mismo tal y como es hoy. Sin comprender el presente, cuyas raíces están en el pasa- do, no es posible comprender nada. Tan sólo es posible com- prender la presente desdicha del hombre cuando, a través de la puerta del presente, uno es capaz de darse cuenta de las causas que la han producido; no se puede ignorar el presen- te y tratar de comprender el pasado, porque únicamente en el darse cuenta del presente el pasado empieza a manifestarse. El presente es trágico y sangriento, pero, sin lugar a dudas, no por rechazarlo ni por justificarlo lo comprenderemos, te- nemos que afrontarlo tal como es y descubrir las causas que han originado el presente. El modo como uno mira el presen- te, la forma como el presente ha condicionado la mente, reve- lará la actividad del pasado. $1 tengo prejuicios, si soy nacio- nalista, si odio, lo que ahora soy distorsiona la comprensión del pasado; mis pasiones, mi mala fe e ignorancia, lo que soy en este momento, distorsionan la comprensión de las causas que han conducido al presente. Si me comprendo a mí mis- mo, lo que ahora soy, empieza a manifestarse la acumulación del pasado. | El presente es de suma importancia, por más trágico y do- loroso que sea, es la única puerta a la realidad. El futuro es la continuación del pasado a través del presente, y si com- prendemos el presente, el futuro se transforma. Sólo es posi- ble comprender en el presente, porque el presente se extien- de hacía el ayer y hacia el mañana, el presente es la totalidad del tiempo. La semilla del presente contiene el pasado y el futuro, el pasado es el presente y el futuro es el presente; el presente es lo eterno, lo intemporal. Sin embargo, nosotros J. KRISHNAMURTI 19 consideramos el presente, el ahora, como un pasaje hacia el pasado o hacia el futuro, y en ese proceso de llegar a ser el presente es el medio para conseguir un fin, perdiendo así su inmensa trascendencia. El conseguir un fin crea cierta conti- nuidad, cierta permanencia, pero eso no es lo intemporal, lo eterno; el ansia de conseguir teje el entramado del tiempo. ¿No han experimentado en momentos de gran éxtasis que el tiempo cesa, no hay pasado ni futuro, sino tan sólo un pro- fundo darse cuenta, un presente intemporal? Cuando experi- mentamos ese estado surge la actividad de la codicia y pone en funcionamiento el tiempo, recordando, reviviendo, espe- rando que el futuro traiga nuevas experiencias, y planifican- do el tiempo para conseguir lo eterno; de ese modo, la codi- cia, el devenir retienen el PES y el sentimiento en la esclavitud del tiempo. Por más doloroso o agradable que sea, observe el presen- te, porque así el presente se mantfestará a sí mismo como un proceso en el tiempo, y si el pensamiento y el sentimien- to son capaces de seguir sus propias sutilezas, sus engañosas maniobras, y trascenderlas, entonces esa misma observación profunda es el presente intemporal. Observar sólo el presen- te, no el pasado ni el futuro, porque el amor es el presente, es lo eterno. Obras completas, tomo IV, 4.* charla Ojai, California, 17 de junio de 1945 INTERLOCUTOR: En este mundo terrible y despiadado, ¿no es necesario creer en Dios? 20 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO KRISHNAMURTI: Durante siglos y siglos hemos tenido esa creen- cia en Dios y, no obstante, hemos establecido un mundo terri- ble. El hombre primitivo y el sacerdote altamente civilizado creen en Dios; el primero mata con arcos, con flechas y dan- za alocadamente, mientras el sacerdote civilizado bendice los buques de guerra, los bombarderos y lo justifica. No lo estoy diciendo con espíritu cínico ni con desdén, así que tengan la bondad de no sonreír, es un asunto muy serio. Ámbos creen, pero además está esa otra persona que no es creyente, aunque igualmente decide exterminar a todos aquellos que se inter- ponen en su camino. Aferrarse a una creencia o a una ideo- logía no pone fin a las matanzas, a la opresión ni a la explo- tación, sino todo lo contrario, ha habido y seguirán habiendo guerras terribles y despiadadas, destrucción y persecución en nombre de la paz, en nombre de Dios. Si podemos dejar a un lado estas creencias e ideologías antagónicas y generar un profundo cambio en nuestra vida diaria, tendremos la posibi- lidad de establecer un mundo mejor. Es nuestra vida de todos los días la que ha producido, ahora y antes, estas catástrofes y horrores; nuestra negligencia, nuestros exclusivos privilegios nacionales y económicos con sus barreras, la falta de buena voluntad y de compasión han desencadenado estas guerras y otros muchos desastres; lo mundano siempre se exterioriza en forma de caos y sufrimiento. | Somos el producto del pasado y edificar sobre ese pasa- do sin comprenderlo es invitar al desastre. La mente, que es un resultado, un producto, no puede pretender comprender aquello que no es un resultado, que no tiene causa, que es in- temporal. Para comprender aquello que existe sin ser creado, la mente debe dejar de crear, porque una creencia siempre es el producto del pasado, es algo creado, y se convierte en un impedimento para experimentar lo verdadero. Cuando el pensamiento y el sentimiento son prisioneros y están obliga- J. KRISHNAMURTI 21 dos a depender, no hay ninguna posibilidad de comprender lo verdadero; debe haber apertura, una libertad pacífica del pa- sado, un silencio rebosante de espontaneidad en el cual sólo pueda florecer lo verdadero. Cuando vemos una puesta de Sol, en ese instante de belle- za hay una dicha espontánea y creativa, pero si deseamos re- petir de nuevo esa experiencia en la próxima puesta de Sol, la dicha no estará presente, y aunque intentemos repetir esa di- cha creativa no aparecerá. La mente, cuando no tenía expec- tativas, cuando no deseaba, fue capaz de percibir, pero una vez que ha percibido se vuelve codiciosa y quiere más, esa codicia es lo que la ciega. La codicia acumula, es una carga para la mente y el corazón porque siempre está recopilando, almacenando. El pensamiento y el sentimiento están corrom- pidos por la codicia, por las ondas corrosivas de la memoria, y tan sólo una profunda percepción puede terminar con este proceso restrictivo del pasado. La codicia, igual que el pla- cer, siempre es exclusivista, limitada, y ¡cómo puede el pen- samiento nacido de la codicia comprender aquello que es in- menso! | En lugar de fortalecer las creencias y las ideologías ob- serve sus pensamientos y sentimientos, porque de ahí surgen los problemas de la vida. El mundo es lo que usted es; si es cruel, lujurioso, ignorante, codicioso, eso mismo es el mun- do. Creer o no creer en Dios tiene muy poca importancia, porque según los pensamientos, los sentimientos y las accio- nes, uno hace que el mundo sea terrible y cruel, pacífico y compasivo, bárbaro o inteligente. Obras completas, tomo TH, 6.* charla Ojat, California, 18 de junio de 1944 1. USTED ES EL RESPONSABLE La guerra es una proyección espectacular y sangrienta de nuestro vivir cotidiano, Fomentamos la guerra con nuestra manera de vivir, y sin una transformación interna en cada uno de nosotros, sin duda, seguirán existiendo los antagonismos raciales y nacionales, las infantiles disputas a causa de nues- tras ideologías, la multiplicación de los soidados, los saludos a la bandera, y todas las numerosas brutalidades que contri- buyen a crear la matanza organizada. La educación y el significado de la vida, capítulo IV UNO ES EL MUNDO INTERLOCUTOR: ¿Tendría la bondad de explicar con más deta- lle su frase: «El mundo es una prolongación del individuo y uno es el mundo»? KRISHNAMURTE: Al experimentar los hechos, uno descubre que EL HOMBRE Es la medida de todas las cosas; sin embargo, al aceptar la autoridad se crea otra medida más allá del hom- bre: liámenle Dios o como quieran. El mundo del pasado es 24 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO el mundo de hoy, es el “yo” actual y el “yo” futuro del ma- ñana; el mundo es el pasado de nuestros predecesores, de las generaciones anteriores, con su ignorancia, sus miedos, et- cétera, lo cual limita el presente, limita al “yo” de hoy y da vida al “yo” del mañana, al futuro. Cada uno de nosotros es este pasado acumulado al que agregamos las presentes reac- ciones y experiencias. Cada individuo es el resultado de di- versas formas de influencias, de limitaciones, y la relación de un individuo con otro establece el mundo, el mundo de los valores. Así que el mundo es la estructura moral, social y espiritual basada en los valores que hemos establecido, ¿no es cierto? El mundo social, lo mismo que el llamado “mun- do espiritual”, lo hemos establecido nosotros, los individuos, con nuestros miedos, esperanzas, deseos, etcétera, por eso, en este momento vemos cómo el mundo recoge el odio acu- mulado. Ese mundo de odio lo establecieron nuestros padres, nuestros antepasados, y nosotros también hemos contribui- do. De modo que la ignorancia se extiende indefinidamente en el pasado, no se ha generado por sí misma, es el resultado de la ignorancia humana, es un proceso histórico, ¿no es así? Nosotros, como individuos, estamos cooperando con nues- tros antecesores, que junto con sus propios antepasados ini- ciaron este proceso de odio, de miedo, de codicia, etcétera; como individuos contribuimos en este mundo de odio, siem- pre que como individuos participemos en él. El mundo, por tanto, es una prolongación de uno mismo, y si como individuo quiere erradicar el odio, entonces debe dejar de odiar. Para terminar con el odio debe dejar de odiar, debe dejar todas sus formas vulgares y sutiles, porque mien- tras siga atrapado en el odio seguirá formando parte de ese mundo de ignorancia y miedo. El mundo es una prolonga- ción de uno mismo, es la duplicación y multiplicación de uno mismo; el mundo no existe aparte del individuo. Puede que el USTED ES EL RESPONSABLE 25 mundo exista como idea, como Estado soberano, como orga- nización social, sin embargo, para desarrollar esa idea, para hacer que funcione esa organización social o religiosa, el in- dividuo es imprescindible. La ignorancia, la codicia, el mie- do del individuo mantienen la estructura de la ignorancia, de la codicia y el odio. Si el individuo cambia, ¿influirá eso en el mundo, en el mundo del odio, de la codicia, etcétera? En primer lugar asegúrese, esté doblemente seguro de que como individuo no odia. Aquellos que odian no tienen tiem- po para reflexionar, viven obsesionados por su intensa exci- tación y sus recompensas, no escuchan al pensamiento sere- no y reflexivo, su propio miedo los arrastra. No hay forma alguna de poder ayudarlos, ¿verdad?, a menos que uno siga su mismo método que es obligarles a escuchar, pero forzarlos no conduce a ningún lugar; la ignorancia tiene su propio su- frimiento. Después de todo, ustedes me escuchan porque en ese momento no se sienten amenazados, pero si hubiera una amenaza, es probable que no me escucharían, no reflexiona- rían. Mientras uno sea desconsiderado, esté preso en la ig- norancia, en el odio, en la codicia, el mundo será una pro- longación de uno mismo. No obstante, cuando uno es serio, reflexivo, está atento, no sólo se desvincula de estas horribles causas que generan dolor y sufrimiento, sino que en esa com- prensión hay una plenitud, un todo. Obras completas, tomo IT, 2.* charla Ojai, California, 2 de junio de 1940 26 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO INTERLOCUTOR: El pasado domingo dijo que cada uno de no- sotros es responsable de estas guerras terribles, pero ¿somos también responsables de las abominables torturas en los cam- pos de concentración y el deliberado y premeditarlo extermi- nio de un pueblo en Europa Central? KRISHNAMURTI: ¿No es evidente que cada uno de nosotros es responsable de la guerra? Las guerras no estallan por cau- sas desconocidas, tienen orígenes concretos; y aquellos que quieran salirse de esa locura cíclica llamada guerra deben in- vestigar sus causas y liberarse de ellas. La guerra es una de las mayores calamidades que le puede suceder al hombre, el cual es capaz de experimentar lo verdadero. Nuestro princi- pal interés debe ser eliminar la causa de la guerra dentro de nosotros mismos, y no saber quién es el más o el menos des- tructivo y terrible en la guerra; no debemos dejarnos llevar por cuestiones secundarias, sino darnos cuenta del problema principal que es la propia matanza organizada. Las cuestio- nes secundarias pueden causar miedo y deseos de venganza, pero si no comprendemos las razones esenciales de la guerra, el conflicto y el sufrimiento no cesarán. El mayor de los crímenes es matar a otro, porque el ser hu- mano tiene la capacidad de alcanzar lo sublime. La guerra, o el genocidio, es la mayor tragedia que el hombre puede oca- sionarse a sí mismo porque conlleva desdicha y destrucción, desolación y corrupción indecibles. En el momento que uno admite un “daño” tan inmenso, como la matanza organizada de otros hombres, está abriendo la puerta a una gran canti- dad de desastres menores. Cada uno de nosotros es responsa- ble de la guerra, porque consciente o inconscientemente con- tribuimos a esta situación actual con nuestra actitud hacia la vida, con los falsos valores que le damos a la existencia. Al haber perdido el valor eterno, los efímeros valores sensoria- USTED ES EL RESPONSABLE 21 les se vuelven importantísimos, y la expansión constante del deseo no tiene límites. Las cosas materiales son necesarias, pero no tienen ningún valor eterno, y el desenfrenado deseo de poseer conduce siempre a la lucha y a la desdicha. Cuando se estimula cualquier forma de codicia, cuando existen el nacionalismo y los Estados soberanos por separa- do, cuando la religión divide, cuando hay intolerancia e ig- norancia, entonces es inevitable matar a nuestros semejantes. La guerra es el resultado de nuestra vida diaria, y justifica- mos la ira, el rencor y la opresión cuando tienen carácter na- cional; matar por el Estado, por el país, por una ideología, - se considera necesario y noble. Nos satisface esa degradan- te crueldad porque en nosotros existe el deseo de dañar, y la guerra se convierte en el medio de exteriorizar los propios instintos crueles, fomentando así la irresponsabilidad; esa si- tuación surge cuando lo único que predomina son los valo- res sensorialess. Cada uno es responsable de crear esta cultura, y si cada uno no se transforma radicalmente a sí mismo, ¿cómo puede cesar en este mundo la crueldad y sus consecuencias? Cada individuo es responsable de estas tragedias y desastres, de las torturas y brutalidades; así seguirán mientras piense y sien- ta en términos nacionales, grupales, o se considere a sí mis- mo hindú, budista, cristiano o musulmán. Si en la India un nacionalista mata a un “extranjero”, yo seré igualmente res- ponsable de esa muerte si también soy nacionalista. Sin em- bargo, no seré responsable si he dejado de ser nacionalista, si no pienso y siento en términos de nacionalidades, de gru- pos o clases, si he dejado de ser lujurioso, mundano, de tener mala voluntad, sólo entonces estaré libre de responsabilidad por las matanzas, las torturas y la opresión. Hemos perdido el sentimiento de la humanidad, sólo nos sentimos responsables de la clase o el grupo al que pertenece- 28 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO mos, de un nombre o de una etiqueta; hemos perdido la com- pasión, el amor por el todo, y sin esta llama ardiente de la vida esperamos que los políticos, los sacerdotes y los planes económicos nos traigan paz y felicidad. Sin lugar a dudas, esa esperanza no tiene ninguna posibilidad, únicamente en cada uno de nosotros está esa comprensión creativa, esa com- pasión que es imprescindible para el bienestar del hombre. Los medios correctos crean fines correctos, los medios erró- neos sólo generan vacío y muerte, nunca la paz y la dicha. Obras completas, tomo IV, 5.* charla Ojai, California, 24 de junio de 1945 SI CAMBIO, ESO AFECTARÁ A TODA LA HUMANIDAD Esa es realmente una cuestión muy importante y urgente: si el ser humano, si cada uno de nosotros puede producir este cambio en sí mismo. No se trata de decir: «Si cambio, ¿qué importancia tendrá, no será una simple gota en un inmen- so lago sin ninguna consecuencia? ¿Qué sentido tiene cam- biar?». 51 me permiten, esa es una pregunta errónea, porque uno mismo es el resto de la humanidad, uno es el mundo, no está separado del mundo, no es americano, ruso, hindú o musulmán; uno existe con independencia de estas etiquetas y palabras. Soy el resto de la humanidad porque mi concien- cia y mis reacciones son similares a las de los demás; puede que hable un idioma distinto, que tenga diferentes costum- bres, pero eso tan sólo es una cultura superficial; según pare- ce todas las culturas son superficiales. Sin embargo, mi con- USTED ES EL RESPONSABLE 29 ciencia, mis reacciones, mi fe, mis creencias e ideologías, mis miedos y ansiedades, mi soledad, mi sufrimiento y pla- cer son similares a los del resto de la humanidad. Si cambio, eso afectará a toda la humanidad. Diario If 31 de marzo de 1983 2. LA VIOLENCIA LA NECESIDAD APREMIANTE DE ENCONTRAR NUESTRAS RAÍCES Uno debe preguntarse por qué existe esta división: el ruso, el americano, el británico, el francés, el alemán, etc., ¿por qué esa división entre hombre y hombre, entre raza y raza, por qué se enfrenta una cultura con otra, una serie de ideologías contra otra? ¿Por qué? ¿Por qué existe esta división? El hom- bre ha dividido la Tierra en “suya” y “mía”, pero, ¿por qué? ¿Se debe a que buscamos seguridad, protección en un grupo concreto, en una creencia o fe particular? Las religiones tam- bién han dividido al hombre, han enfrentado al hombre con- tra el hombre: hindúes, musulmanes, cristianos, judíos, etc. El nacionalismo, con su lamentable patriotismo, es en reali- dad una forma glorificada y ennoblecida del espíritu tribal. Tanto si la tribu es pequeña o grande existe el sentimiento de unión, de compartir un mismo idioma, unas mismas supers- ticiones, un mismo sistema político y religioso. De ese modo uno se siente seguro, protegido, satisfecho, cómodo y, debido a esa seguridad, a esa comodidad, estamos dispuestos a matar a otros que también tienen el mismo deseo de sentirse segu- ros, de sentirse protegidos, de pertenecer a algo. Ese terrible deseo de identificación con un grupo, una bandera, un ritual religioso, etcétera, nos hace sentir que estamos bien arraiga- 32 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO dos, que no somos vagabundos sin hogar. Esa es la razón de que exista ese deseo, esa necesidad apremiante de encontrar nuestras raíces. Diario IH 31 de marzo de 1983 DEFENDER NUESTRO CONDICIONAMIENTO PARTICULAR ES LA MAYOR CAUSA DE VIOLENCIA Decíamos ayer que debemos llegar hasta el final del proble- ma de la violencia. Para hacerlo debemos ser muy serios, te- nemos que poner nuestra mente y nuestro corazón de manera que cuando examinemos la naturaleza de la violencia no sólo lo hagamos de forma intelectual o verbal, sino que también ob- servemos en nosotros mismos la agresividad, el enojo, el odio, la hostilidad, etcétera. Y cuando tomemos consciencia de esa violencia, tenemos que ver si es posible superarla y trascen- derla, nunca más volver a sentir en nuestro interior cualquie- ra de sus expresiones. La mayoría encontramos satisfacción en la violencia, en la antipatía hacia alguien, en el odio a de- terminada raza O grupo de personas, en los sentimientos anta- gónicos hacia los demás, casi todos somos conscientes de esa particular satisfacción. Sin embargo, no creo que seamos cons- ' cientes de ese estado mucho más grande, en el cual la mente ha dejado por completo de ser violenta. En ese estado hay una enorme dicha, prefiero no emplear la palabra “disfrute”, no se trata del simple placer de la violencia con sus conflictos, sus odios y miedos. Así pues, si somos serios de forma absolu- ta, en nuestros diálogos, investigaciones, intercambio de ideas, LA VIOLENCIA 33 pensamientos y sentimientos, debemos descubrir si es posi- ble terminar por completo con cualquier forma de violencia. Personalmente, creo que es posible y, aún así, seguir viviendo en este mundo monstruoso, cruel y lleno de violencia. Vimos cómo el enojo es parte de esa violencia y estába- mos intentando descubrir cómo afrontarlo sin negarlo, sin aceptarlo o sublimarlo. Decíamos que es todo un arte obser- var el enojo sin justificarlo ni condenarlo, que no es fácil observarnos a nosotros mismos sin aceptar o rechazar, ver- nos exactamente tal como somos. De manera que debemos aprender a observar; si aprendemos a observar la violencia externa de la sociedad, las guerras, las revueltas, los antago- nismos nacionalistas, los conflictos de clase, tal vez entonces podamos observar nuestra propia violencia interna, la violen- cia sexual, la ambición, la agresividad, la violencia en defen- sa propia, y quizá en ese momento seamos capaces de tras- cenderla. Ahora bien, ¿es posible, a través del diálogo, investigar con seriedad esta cuestión? Porque si no somos serios al cien por cien, la investigación carece de valor. Cuando tenemos hambre somos muy serios, y ahora afrontamos un problema también muy serio que ha existido durante siglos y siglos. El hombre siempre ha sido violento, y aunque las religiones de todo el mundo han intentado domesticarlo, ninguna lo ha conseguido; tal vez, el budismo, y en cierta época el hindui- smo, trataran de crear o generar un ser humano que no fue- ra violento. De modo que si vamos a investigar esta cuestión, creo que debemos ser muy serios al respecto, porque eso nos conducirá a estados por completo diferentes, a vivir de ma- nera diferente. No sé si están dispuestos a ir tan lejos o si me- ramente se lo toman como diversión, entretenimiento, Jue- - go intelectual. Dicho esto, ¿podemos seguir con el tema de la violencia del que hablábamos ayer? 34 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO INTERLOCUTOR: Parece que hay cierta contradicción en el uso de las palabras. Por un lado, usted habla de la violencia, del darse cuenta de ella sin que la mente intente buscar una expli- cación, y, por otro, dice que debemos analizar la violencia. KRISHNAMURTI: Decíamos que no sólo se trata de analizar la es- tructura y naturaleza de la violencia, que es parte de nosotros, sino además quizás descubrir en este mismo proceso de aná- lisis un estado de la mente que sea plenamente consciente de todo el problema, ¿entiende, señor, lo que quiero decir? La ma- yoría no sabemos analizar, ni creo que por el mero análisis se consiga nada. No es posible liberarse de la violencia sólo por el análisis, lo que hacemos es justificarla o modificarla lige- ramente para vivir un poco más tranquilos, con algo más de afecto; por eso el análisis, tanto con la ayuda de un profesio- nal como por uno mismo, no conduce a ninguna parte. Cuando uno se da cuenta de que el proceso del análisis no sirve para nada, si descubre por sí mismo que el proceso analítico nunca termina, que no tiene sentido, quizá entonces la mente empie- ce a darse plena cuenta de la totalidad del problema. E Y, sin embargo, sigue hablando de no analizar. K: St uno no sabe analizar, si no sabe observar, no puede descubrir lo total, no es posible tener esa percepción total si uno no sabe mirar. Durante generaciones hemos entrenado la mente para el análisis, y es muy arduo darse cuenta de que' el análisis no conduce a ningún lugar; no obstante, uno debe saber analizar, de lo contrario no es posible descubrir lo to- tal. Eso significa que, durante el proceso analítico, la men- te se vuelve muy aguda, y esa cualidad, esa atención, esa se- riedad, facilitará esa percepción total, y no el análisis en sí. Como saben, estamos ansiosos por conseguir esa totalidad, LA VIOLENCIA 35 : por ver las cosas de un vistazo, pero nuestros ojos no saben - observar; esa claridad sólo es posible si uno ve los detalles y luego los trasciende. I (1): Ayer no tradujo [del francés] mi última pregunta, de modo que si me permite la repetiré en inglés. Soy muy cons- ciente de mi parte de responsabilidad en este mundo que se desintegra, aunque los ricos son aún más responsables de esa desintegración. Hay personas ricas que le han estado escu- chando, algunas de ellas durante cuarenta años, esas personas son más responsables. La presencia de esas personas en esta carpa representa una fuerza estática que se contradice con lo que, durante cuarenta años, usted ha estado diciendo. Debido a esa desintegración, cada uno de nosotros tiene la necesidad urgente de comprender lo que trata de decirnos, pero ¿quién tiene el valor de denunciar con firmeza el sabotaje que esa fuerza estática ejerce? 1 (2): Este señor trata de decir que la raíz principal de la agre- sividad es una fuerza estática que le utiliza a usted como chi- vo expiatorio para exculparse, porque nunca sucede nada, nunca. I (3): Me gustaría también decir algo. En los tiempos actua- les, la desintegración está imponiéndose con mucha rapidez y quizá llegue un día en que no tengamos la posibilidad de escucharlo en esta carpa. K: Por decirlo de forma simple, el problema es el siguiente: los ricos, según se desprende de lo que dice, están utilizando a quien les habla como una droga, y, en consecuencia, todo se vuelve estático y la desintegración se acelera, ¿es eso, ver- dad? Esa es la pregunta, la cuestión. 36 VIVIR EN UN MUNDO SiN SENTIDO No sé por qué les preocupan tanto los ricos o los pobres, quién está o no desintegrándose, ni si alguien está utilizando a quien les habla como droga para estimularse a sí mismo y, de ese modo, seguir sin hacer nada, igual que aquellos que de hecho consumen LSD y tampoco hacen nada. Aunque esas personas realicen cierta actividad, esa actividad sigue sien- do un proceso de desintegración. Ahora bien, como decíamos ayer, sigo sin entender por qué nos preocupan los demás, lo primero que debe interesamos es lo que somos, cada uno de nosotros, ¡dejen a los demás!, da igual que sean ricos O po- bres, comunistas o socialistas, budistas o hindúes, ¡déjenlos en paz! ¡Los responsables somos cada uno de nosotros!, us- tedes que escuchan y yo que les hablo. Es decir, yo soy res- ponsable, pero si me utilizan a mí, a quien les habla, para su propia diversión y disfrute como si fuera una droga, ese es asunto suyo, esa es su desdicha. Dicho esto, lo que aquí estamos tratando es una cuestión muy diferente, no estamos hablando del individuo ni de la so- ciedad, estamos hablando de ese ser que está más allá del in- dividuo y de la sociedad, de si es posible generar un ser hu- mano así. Eso es lo que nos interesa y no si el próximo año habrá o no una carpa, si hablaré o no hablaré. [Interrupción] No, no, señor, ¿cuál es nuestro interés? Básica y esencial- mente se trata de generar una revolución radical en el ser hu- mano, sea rico o pobre, ¡en cualquiera!, y no en desperdiciar nuestra energía diciendo: «Escuche, ¿por qué no han cambia- do esas personas que le han estado escuchando durante cua- renta años?», ¡Ese es su problema! Mire, señor, creo que quien les habla lleva haciéndolo más de cuarenta años, esa es mi tragedia, no la suya, y sería lamen- table que este orador esperara algo a cambio, esperara que la gente cambiara, esperara crear una sociedad o una forma de vi- vir diferente. Si esperara algo a cambio, me sentiría defrau- LA VIOLENCIA 37 dado, herido, sentiría que no he realizado lo que inicialmente me propuse hacer, pero ¡todo eso no me afecta en absoluto!, cambiar o no cambiar depende de cada uno. El cielo azul, las colinas, las flores, los pájaros no existen para uno, existen por sí mismos; por tanto, señores, sigamos con el tema que estábamos tratando. Somos seres humanos violentos y preguntar «¿Usted no ha cambiado, por qué?», es una forma de violencia. Ese es el método comunista que consiste en lavar el cerebro de las per- sonas para que acepten su ideología. Pero aquí no se trata de eso, no tiene ningún sentido para mí convencerles de nada, es su vida, no la mía, es asunto suyo cómo viven. Sin embar- go, si realmente quieren vivir con felicidad, con enorme di- cha, con esa sensación extraordinaria de éxtasis, entonces te- nemos que caminar juntos, debe haber comunicación mutua. Si no quieren hacerlo, no lo hagan, ¿qué puedo hacer yo? Los seres humanos son violentos, por consiguiente, ¿es posible eliminar la violencia por completo? Esa es la única cuestión que nos interesa, no si los ricos o los pobres son ES eso no tiene ningún sentido. Así pues, ¿es posible que juntos eliminemos definitiva- mente la violencia en cada uno de nosotros? Eso significa que debo averiguar por mí mismo qué clase de violencia ten- go, si es una violencia defensiva para protegerme a mí mis- mo, si me protejo por medio de mi nacionalidad, de mi reli- gión, por medio de alguna ideología, sea comunista, católica, budista o cualquier otra; el proceso mismo de defensa y re- sistencia es una forma de violencia. Cuando una nación dice que sólo se está defendiendo, ese concepto, sin lugar a dudas, implica que está preparada para luchar; por tanto, no exis- ten la defensa ni el ataque como tales, porque ambos contie- nen violencia en su misma esencia. Esa es una forma de vio- lencia, y luego tenemos otra forma de violencia que es la ira, 38 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO que incluye el odio, los celos, la codicia agresiva, la necesi- dad de dominar y poseer. Todas son expresiones de violencia, ¿o creen que la vio- lencia sólo es matar a otro? ¿No hay también violencia cuan- do dicen una palabra hiriente a otro? ¿No es un acto de vio- lencia cuando hacen un gesto despectivo a otra persona, O cuando obedecen por miedo? De modo que la violencia no sólo consiste en matar en nombre de Dios, de la sociedad o del país, todas esas matanzas organizadas la violencia tam- bién es algo mucho más sutil, mucho más profundo. Noso- tros estamos investigando la violencia en toda su extensión, y si uno no es lo suficiente incisivo y no tiene la claridad ne- cesaria para llegar hasta la misma raíz de la violencia, que se encuentra tanto en las capas conscientes como en las más profundas de la conciencia, no veo cómo puede liberarse de la violencia. Después de todo, ¿por qué no deberíamos ser violentos? Damos por sentado que no debemos ser violentos, pero no sé por qué. En Europa ha habido dos guerras horribles, con toda su crueldad, los exterminios en los campos de concentración, las matanzas y, sin embargo, no han cambiado, siguen siendo alemanes, austriacos, rusos, católicos, etcétera, lo han acep- tado como forma de vida, ¿no es cierto? Es obvio que sí, se- ñores; entonces, ¿pueden de manera voluntaria, sensata y no neurótica, acabar con eso? En lo psicológico empiecen con eso y vean adónde les conduce, ¿pueden hacerlo? El amigo de la fila de arriba dice que no es posible. | I: (En francés) ¿No tiene que ver con las emociones? Uno tie- ne arrebatos de ira. K: Sin duda está relacionado con la emoción, pero ¿qué quie- re decir con eso, señor? Mire, si por la razón que sea, diga- LA VIOLENCIA 39 mos que le insulto y usted me golpea, en eso existe una emo- ción, hay ira, pero es el pensamiento quien alimenta esa ira, quien da continuidad a ese sentimiento, y, a partir de ese mo- mento, le odio porque me ha golpeado, quiero devolverle el golpe, estoy pendiente, espero mi oportunidad; todo lo cual es un proceso del pensar. I: (En francés) ¿No se trata más bien de una relación entre emociones? K.: Sólo en parte. Vamos a ver todo el desarrollo: emoción, pen- samiento, memoria con su poder de retención, y desde esa me- moría uno actúa con respuestas condicionadas. Si soy católico o comunista, si ese es mi condicionamiento y alguien lo con- tradice o lo cuestiona me irrito, me enojo, lo cual es una res- puesta emocional acorde con mi condicionamiento. Nosotros estamos planteando si es posible llegar hasta la misma raíz de la violencia y liberarse de ella, de lo contrario jamás nos comportaremos como seres humanos, viviremos una lucha constante entre unos y otros. Si quieren vivir de esa manera, aparentemente es lo que quieren todas las personas, entonces sigan así. No obstante, si creen que, quizá, es posible vivir y afrontar la vida de forma diferente, entonces podemos hablar, comunicarnos unos con otros; pero si dicen: «Mire, lo sen- timos, la violencia siempre existirá», en ese caso perdemos toda comunicación porque se han bioqueado. I (1): Por tanto, como no lo sé, no puedo decir que es posible terminar con la violencia. I (2): Al hablar del problema de la violencia llegamos rápi- - damente al problema central, que es cómo observar sin que interfiera el pensamiento. Creo que todos los problemas son 40 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO partes fragmentadas de un problema central. Entonces, ¿por qué sigue hablando de la violencia y no del problema central, de cómo observar cualquier cosa? K: Estamos condicionados por la violencia y a ser violentos. Ahora bien, ¿cómo observo esa violencia? Si estoy condicio- nado, ¿puedo observar esa violencia, ese condicionamiento, sin ninguna distorsión? El problema es bastante complejo. Mi mente está distorsionada por su propio condicionamien- to, ¿no es cierto? Durante siglos mi mente se ha condicio- nado dentro de cierta cultura, de cierta sociedad por el paso del tiempo, de la experiencia, del conocimiento, de la memo- ria, la mente está condicionada, moldeada, prisionera en ese modelo limitado del “yo”, ¿puede una mente así darse cuen- ta de su propio condicionamiento? Y cuando se da cuenta de su condicionamiento, ¿quién se da cuenta? Es decir, en pri- mer lugar, ¿nos damos cuenta de nuestro condicionamiento? A partir de ahí viene el siguiente paso, ¿me doy cuenta de mi condicionamiento como hindú, de que vivo en el extranje- ro, en una cultura por completo diferente a la cultura hindú, de que fui educado siguiendo ciertas directrices para ser un Mesías, etcétera? (Estoy haciendo de espejo en el cual pue- den mirarse a sí mismos.) ¿Pueden darse cuenta, ser conscientes de su condiciona- miento? Escuche, señor, como hindú, como brahmán, criado en cierta cultura particular, desde la infancia me dijeron: «No mates, no le hagas daño ni a una mosca, nunca hables mal de nadie, no seas agresivo». Todo ello condicionó mi mente des- de la niñez, y si mi respuesta condicionada es: «No seas vio- lento», eso es otra forma más de violencia, ¿entiende? Viene a ser lo mismo cuando los católicos dicen que existe un Sal- vador, que el pecado existe, que sólo ese Salvador puede sal- varnos, esa respuesta está igualmente condicionada, no tiene LA VIOLENCIA 41 ningún valor. Sin embargo, esa mente a la que desde la infan- cia le han repetido: «No mates, no hagas daño porque en la próxima vida pagarás por ello, pórtate bien, sé amable, sé ge- peroso», ¿puede esa mente, que día tras día ha sido condicio- nada, darse cuenta de su propio condicionamiento y seguir avanzando? Es posible, si avanzaran con el orador, no si si- guen como discípulos y todas estas tonterías, sino caminan- do juntos. ¿Pueden darse cuenta de su condicionamiento, de su propio condicionamiento? ¿Pueden? I: Estar descondicionado, ¿no es una manera de morir? K: No sé lo que eso significa, ¿cómo puede saber lo que sig- nifica una manera de morir? Puede que sea una forma de vi- vir mucho más maravillosa, ¿por qué dice que salirse del con- dicionamiento significa morir? No lo sabemos. E: Es una manera de morir. K: Pero, señor, no lo sé, no puedo decir que es una manera de morir. En primer lugar, mi pregunta es: ¿podemos darnos cuenta del propio condicionamiento? I: (En francés) No se puede, porque es una parte inherente de la vida. K: Mire, señor, estamos condicionados por el clima, por los alimentos que comemos, por los periódicos que leemos, por la compañía que frecuentamos, por la esposa, por el esposo, por el trabajo, por los medios técnicos, por las influencias y experiencias de cada día, ¡estamos condicionados! Ahora- bien, ¿puedo darme cuenta de estos condicionamientos, aun- que sólo sea de uno de ellos? 42 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO I: (En francés) Empezar desde esta certeza. K: Tanto si se trata de un condicionamiento placentero o uno desagradable, ¿se da cuenta de ese condicionamiento? I: Un condicionamiento interactúa sobre otro. K: Sí, señor, ya sé que todos están relacionados entre sí, pero estoy sugiriendo empezar con un condicionamiento, como ser inglés, francés, católico, si tiene predisposición por el co- munismo o alguna aberración sexual, ¡solamente uno! I: Soy consciente de algunos de mis condicionamientos, pero no sucede nada. K: ¿Qué debería suceder? No sucede nada porque no se sien- te como un preso atrapado entre las cuatro paredes de su con- dicionamiento. Cualquier preso encerrado entre cuatro pare- des diría: «Estoy en una cárcel, ¡quiero salir de aquí!». I: Señor, yo sé muy bien que es posible darse cuenta del pro~ pio condicionamiento, del estado en que uno se encuentra. K: Escuche, señor, por favor; tome un condicionamiento y obsérvelo, observe cuán serio es darse cuenta de ese condi- cionamiento, de si disfruta con él o si quiere terminar con todo condicionamiento. | I: Señor, hasta cierto punto creo que fui consciente de mi condicionamiento como judío durante la reciente crisis de Oriente Medio, recuerdo que eso me produjo una mezcla de gran placer y malestar. LA VIOLENCIA 43 K: En efecto, señor, cuando uno se da cuenta de su condicio- namiento como judío, como hindú, como negro o lo que sea, entonces no sólo se siente un gran placer sino también, como usted dice, un gran malestar. Ahora bien, ¿produce o no este condicionamiento la sensación de estar prisionero? ¿O por el contrario dice: «Bueno, el placer compensa ese malestar, por tanto, está todo bien»? ¿O dice: «No, el placer no lo compen- sa»? ¿Entiende? I: Algo en mi interior me dice que no lo compensa. K: De acuerdo, algo le dice que no le compensa, pero ¿hasta dónde está dispuesto a llegar en la investigación de este condi- cionamiento para acabar con él? Ese es todo el problema. Uno sabe muy bien que está condicionado: tiene dinero, dispone de tiempo, puede pensar más o pensar menos, ir a un club noctur- no, divertirse, etcétera; o bien puede decir que está condiciona- do porque es pobre y quiere más dinero, más comodidad, más esto o aquello, Entonces, si se da cuenta de eso, ¿hasta dónde está dispuesto a investigarlo y terminar con ello? La mayoría nos damos cuenta de nuestro condicionamiento; si uno es sen- sible, reflexivo, serio, sincero, uno se da cuenta de su condicio- namiento, y también de sus peligrosas consecuencias. Si me considero hindú y diferente de los chinos, en ese momento en- tro en conflicto con los chinos, pero si comprendo adónde con- duce eso, el grado de ansiedad, crueldad, odio que implica, en- tonces desearé terminar con todo eso. Por consiguiente, ¿hasta qué punto está dispuesto a investigar esta cuestión del condi- cionamiento en su manifestación como violencia? I: ¿Hasta dónde está dispuesta a llegar cualquier persona que - observa su condicionamiento sin sentirse al borde de un pre- cipicio? 44 VIVIR EN UN MUNDO STIN SENTIDO K: Si llega al borde del precipicio, en ese momento se dará cuenta del peligro de su condicionamiento pero si no se acer- ca hasta el borde, seguirá jugando con el condicionamiento, Por tanto, al observar su condicionamiento, ¿está dispuesto a llegar hasta el mismo borde de ese precipicio? ¡Entonces ac- tuará! ¿O está meramente jugando con su condicionamiento desde un lugar seguro? I: La mayoría no somos conscientes de nuestro condiciona- miento, nos sentimos satisfechos tal como estamos, no ve- mos posible otra manera de vivir; no obstante, si en el trans- curso de la vida y debido a nuestro condicionamiento algo nos lastima, entonces abrimos los ojos; pero eso sucede muy ocasionalmente. K: 51 se da cuenta de su condicionamiento, ¿hasta qué pun- to está dispuesto a adentrarse en él tan profundamente que se vea Obligado a actuar? I: Y entonces qué... K: No diga «Y entonces qué», eso es una suposición. I: ¿Por qué cuando veo parte de mi condicionamiento no siento que estoy frente a un precipicio? ¿Por qué? K: Espere. ¿Quiere que lo hablemos? Es decir, se da cuenta de su propio condicionamiento, pero no llega a ese punto de verse obligado a actuar como lo haría si se encontrara fren- te a un peligro, un precipicio, y bien... ¿por qué? ¿Se debe a la pereza? I: Sí. LA VIOLENCIA 45 K: Espere, señor, no conteste tan rápido. ¿Es consecuencia de la pereza, entendiendo por pereza la falta de energía? ¿Le fal- ta esa energía cuando está frente a un peligro real? I: Si estando condicionados no sufrimos es porque estamos satisfechos; por ejemplo, me siento seguro en mi país. K: En primer lugar, me doy cuenta de mi condicionamien- to, pero no obtengo ningún resultado. Eso por un lado. Como soy nacionalista y no veo las consecuencias de esa actitud na- cionalista, lo disfruto, me gusta, me da placer; si viera el pe- ligro que representan, por ejemplo, las guerras, entonces ac- tuaría, pero debido a que el nacionalismo me da gran placer, no veo el peligro o no quiero verlo ¿no es cierto? Por otro lado, para ver ese peligro debo tener la energía suficiente a fin de llegar hasta el fondo de la cuestión, ¿por qué no tengo esa energía? Por favor, vamos a tratar sólo ese punto. I: También es un peligro quedarse solo, sin ningún grupo, sin depender de nada. K: Sin duda, señor, estar solo o quedarse solo es muy peli- groso, todos queremos estar acompañados; pero ese es otro tema. 1: Si de verdad viéramos todas las consecuencias, pero no lo vemos, esa es la realidad, K: Espere, espere, eso es lo que trato de decir. S1 viéramos que el nacionalismo representa un peligro para nuestra pro- pia seguridad, que conduce a la guerra, a la autodestrucción, . si viéramos ese peligro, actuaríamos, ¿verdad? La dificultad es, por tanto, que no vemos. Por favor, examinemos sólo esa 46 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO cuestión, ¿Qué entendemos por “ver”? Es decir, por medio del pensamiento puedo ver de manera racional, analizando, examinando, que la actitud nacionalista conduce a la gue- rra; en ese análisis no hay ningún contenido emocional, es un simple análisis intelectual. Sin embargo, cuando en ese aná- lisis introduzco un contenido emocional porque surge algu- na amenaza, entonces me violento. De manera que la pre- gunta es, ¿qué queremos decir con “ver”? ¿Se trata de ver cada una de las partes, reunirlas y luego decir: «Eso es, ya lo he visto y voy a actuar»? ¿O se trata de ver al instante y a la vez el condicionamiento del nacionalismo y sus consecuen- cias? ¿Entiende, señor? El peligro sólo se puede ver de for- ma instantánea y no cuando uno lo analiza a través del pro- ceso mental; si veo un precipicio, la acción es inmediata, veo y actúo, ¿no es cierto? No se trata de ver, luego pensarlo y, desde esa idea, actuar. Sin embargo, eso es lo que hacemos y, por tanto, surge un conflicto entre idea y acción, ese conflic- to consume nuestra energía. I: (En francés) Comprendo eso, pero... K: Primero, permítame digerir [risas], asimilar lo que se ha dicho, no es tan fácil, señor. Quien les habla dice que ver es actuar; es decir, s1 veo una serpiente, la acción es inmediata, si veo un precipicio, actúo. Vayamos despacio, porque es un tema un poco complicado. Si en el momento de ver elaboro una idea de lo que he visto, una conclusión, y desde esa con- clusión actúo, es obvio que entonces se crea un intervalo en- tre ver y actuar. I: Es fácil ver el peligro del nacionalismo, pero resulta más difícil ver el peligro del dinero. LA VIOLENCIA 47 K: El dinero es igual de peligroso. Si veo el condicionamien- to como una idea, si tengo una idea de mi condicionamiento, la idea de que debo estar libre de condicionamiento, y a tra- vés de esa idea miro mi condicionamiento, ese ver no es en realidad un ver que surja de la atención, sino que se trata de una idea viendo a otra idea, por eso no hay acción inmediata, ¿entiende? Vamos a investigarlo de nuevo. La primera pre- gunta es, ¿cómo observo mi condicionamiento, cómo lo veo, cómo me doy cuenta de él? ¿Lo veo de la misma manera que ahora veo que está lloviendo? La lluvia es un hecho real que está sucediendo, no es una idea, en estos momentos está llo- viendo; puede que a uno no le guste, tal vez esté pensando: «¿Cómo voy a llegar hasta mi automóvil?», pero el hecho es que está lloviendo, eso no es ninguna idea. Entonces, cuan- do observo mi condicionamiento, ¿lo veo como un hecho del mismo modo que veo caer la lluvia”? I: La diferencia entre estas dos situaciones está en que en una de ellas ver tiene una necesidad urgente, ya sea que se trate de escuchar la lluvia o de ver un precipicio, y en la otra esa necesidad momentánea queda desplazada por una serie de ideas contradictorias que, constantemente, interfieren y dis- traen la atención. En consecuencia... K: Mire, señor, cuando ve un peligro actúa de inmediato, hay una acción instantánea porque ya conocía el peligro con an- terioridad, le habían advertido: «Tenga cuidado con las ser- pientes», O tal vez alguna serpiente le mordió, o bien oyó de- cir que las serpientes son venenosas, o sabe de alguien que murió a causa de una mordedura, tiene un recuerdo, de modo que al ver una serpiente reacciona de inmediato. Sin embar- go, esa respuesta ante el peligro es una respuesta vieja, por- que ya sabía del peligro de una serpiente, no es una respuesta 48 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO directa, tan sólo es una respuesta preconcebida, el tiempo in- terviene en esa respuesta, ¿verdad? De niño le dijeron: «Ten cuidado», y cuando ahora ve a uña serpiente se acuerda de esa advertencia, de modo que la respuesta aun siendo rápi- da es preconcebida. Ahora veamos el otro punto. Es decir, se da cuenta de su condicionamiento, pero también tiene el re- cuerdo de que le brinda placer, de que es aceptable, de que no es posible vivir en este mundo sin condicionamiento, et- cétera, de nuevo esa es una respuesta basada en el tiempo, en la memoria. No obstante, nosotros estamos hablando de una respuesta que no dependa en absoluto del tiempo, de una res- puesta no preconcebida. I (1): (En francés) Hay que eliminar la memoria. I (2): La dificultad está en que identificamos erróneamente estas dos formas de ver, el “estoy condicionado” y “está lo- viendo”, como si fueran similares. K: Eso es, señor. Escuche, ¿es posible ver sin el movimien- to del pensar? El movimiento del pensar es la memoria, todo pensamiento es una respuesta de la memoria y, por tanto, siempre es una respuesta vieja. I: El problema lo genera la memoria. | K: Cuando veo un peligro, actúo, pero aunque esa acción pa- rezca espontánea es una respuesta rápida de la memoria, por tanto, no es espontánea ni inmediata, está predeterminada de antemano. Por otro lado tenemos el ver nuestro propio con- dicionamiento, y responder a ese condicionamiento desde la memoria acumulada, sea en forma de placer, de dolor, de sa- tisfacción, etcétera. Pero nosotros estamos diciendo que esa LA VIOLENCIA 49 forma de ver no genera una acción inmediata en la cual la memoria no interfiere; y también decimos que si podemos mirar sin que intervenga el pensamiento, que es memoria, sólo entonces uno se libera de su propio condicionamiento. Espere, espere; mire, señor, es un asunto bastante complejo, no se trata simplemente de estar o no de acuerdo, el problema es mucho más amplio. ¿Puedo mirar a mi amigo, a mi espo- so o esposa, sin imagen? Sin la imagen que he creado de ella y la que ella ha creado de mí; estas dos imágenes son las que tienen relación, pero sólo son recuerdos. Ahora bien, ¿puedo mirar a mi esposa o esposo sin imagen? No, no me respon- da, ¡averígúelo! ¿Puedo mirar mi condicionamiento sin nin- guna imagen? Es decir, ¿puedo mirar mi condicionamiento sin otro condicionamiento? De lo contrario, si un condicio- pamiento mira a otro condicionamiento, eso sólo genera más conflicto, lo cual es una pérdida de energía. De modo que... ¿puedo mirarle a usted, o que usted me mire a mí, sin la ima- gen que tenemos el uno del otro? Eso significa: ¿puedo mirar todas las cosas de la vida como si fueran nuevas? 1: Eso implica... K: ¡No implica nada! ¡Hágalo! I: Implica un morir, señor. K: No sé lo que implica, ¡hágalo! I: Eso significa el abandono de uno mismo... K: ¿Se da cuenta? Está teorizando. Sea lo que sea, ¿puedo . mirarle como si le viese por vez primera, aunque le conoz- ca desde hace cuarenta años? ¿Puedo mirar ese cielo, aquel 50 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO rostro, aquel amigo, como si lo hiciese por primera vez? Si no puedo hacerlo, entonces no es posible comprender todo el tema del condicionamiento. Quizá me dé cuenta de mis condicionamientos, pero esa no es la dificultad, eso no tie- ne valor. En el tema del condicionamiento existen cuestio- nes mucho más profundas que impiden mirar sin el condi- cionamiento, por eso nunca miramos sin él; en consecuencia, siempre vivimos en el pasado que es algo muerto. Darse cuenta de esto es terrible darse cuenta de que uno está miran- do la vida desde un pasado muerto, ¿entiende, señor? ¡Darse cuenta! ¡Sentirlo! I: Pero desde que nacemos nos condicionan. Sólo es posible ver sin condicionamiento si no permitimos que interfiera el tiempo, lo cual significa un darse cuenta espontáneo. K: Señor, ¡eso es lo que estaba diciendo! Como ya dije, des- de el momento en que nacemos hasta que morimos estamos condicionados; pero si eso le complace, siga con el condicio- namiento. I: Pero es tan... K: No hace falta repetirlo; estamos todos de acuerdo. 1: Continuamente debemos darnos cuenta... K: Por favor, señora, no lo reduzca todo a “continuamente de- bemos darnos cuenta”. Observe con mucha claridad esa úni- ca cosa: que nunca puedo ver nada que no sea a través de mis ojos condicionados, ¡Esto es un hecho! El darse cuenta de ese hecho produce un terrible shock, ¿entiende? Es un shock dar- se cuenta de que uno es un ser humano muerto, ¿verdad? LA VIOLENCIA 51 I: Pero ¿es posible que algunas veces vea... K: Cuando dice que ve a través del condicionamiento, ¿se da cuenta de que es un ser humano muerto y, por tanto, observa la vida desde el pasado? Eso es todo, ¿es posible darse cuen- ta de esto? Į]: ¿Cómo sabe que los seres humanos estamos condicionados si usted no está condicionado? O sea, me está diciendo... K: No, señor, no estoy diciéndole nada. 1: Pero está hablando... K: Estoy hablando, pero como dijimos al principio de estas charlas se trata de un diálogo, de una conversación entre dos personas serias, que quieren investigar la cuestión de la vio- lencia y el condicionamiento. Hemos visto que observamos la vida desde nuestro condicionamiento, por “vida” me refie- ro a la relación entre esposa, esposo, con el prójimo, con la sociedad; observamos todo con los ojos cerrados, eso es todo. Por tanto, ¿es posible abrir los ojos? Nadie lo ha hecho. Las religiones han intentado abrirme los ojos obligándome con sus creencias, sus dogmas, sus rituales, etcétera. Los comu- nistas dicen: «No es posible liberarse del condicionamiento, forma parte de la vida, y como siempre viviremos en una pri- sión lo único que podemos hacer es decorarla lo mejor posi- ble». Pero, el hombre dice: «En esa forma de vivir no hay li- bertad, debo encontrar una salida a esa situación». Encontrar esa salida es empezar a darse cuenta del condicionamiento propio de uno y descubrir que cuando lo observamos, lo ha- cemos con ojos condicionados. ¡Descubran si pueden vivir en ese estado! ¿Lo entienden, señores? Cuando estaba en la 52 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO India vi muchas serpientes, tuve a algunas muy cerca de mí, la mayoría eran cobras venenosas. ¿Saben lo que sucede en ese momento? ¡Uno está tremendamente despierto! Lo ob- serva todo: los nervios, los ojos, los oídos están pendientes de cada movimiento; esa es la manera de vivir con uno mis- mo sin volverse loco. Temor, placer y amor, 2.” diálogo 3 de agosto de 1967 Nota aclaratoria: Los primeros cuatro diálogos de Temor, placer y amor (charlas y diálogos, Saanen 1967) tratan sobre la violencia, 3. LA GUERRA INTERNA [...J el conflicto existirá mientras haya un observador, siendo el observador el creador de imágenes, la tradición, la entidad condicionada, el censor. Si uno se da cuenta de eso, no como una idea, sino de verdad, entonces observará sin el observa- dor y captará la totalidad de la existencia. Madrás, 2.° charla 10 de enero de 1971 No CONOCEMOS NADA QUE NO SEA VIOLENCIA Y SUFRIMIENTO Así pues, estamos interesados en el hecho de que el ser hu- mano es incapaz de encontrar solución a la violencia, a la desdicha, a este interminable sufrimiento. Desde el momento en que nacemos hasta que morimos no conocemos otra cosa que no sea violencia y sufrimiento, con algún ocasional rayo de luz, destello de dicha y éxtasis, que pronto se convierte en recuerdo y, en consecuencia, pierde su verdadero valor. De modo que lo importante es descubrir si existe alguna posibi- lidad de encontrar una salida para el ser humano que vive en esta sociedad corrupta, en esta sociedad que ha estructurado 54 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO basándose en su codicia y envidia, en su violencia y deses- peración; esta sociedad en la que la religión es tan sólo una idea, una creencia, un dogma de autoridad y obediencia, lo cual no es religión en absoluto. En cualquiera de sus formas, cuando la religión se organiza deja de ser religión; en el mo- mento en que hay un sacerdote eso no es religión. Si tenemos que ir a una iglesia para alabar a Dios, eso significa que Dios no está en la iglesia. En nuestros corazones y en nuestras mentes hay violencia, somos personas débiles; y una mente torturada, una mente cruel, una mente que sufre nunca puede encontrar aquello que el hombre ha estado buscando y tratan- do de comprender durante milenios. Charlas en Europa, 1967, 1.* charla Amsterdam, 29 de mayo de 1967 ESTAMOS EN CONSTANTE LUCHA ENTRE “LO QUE ES” Y “LO QUE DEBERÍA SER” KRISHNAMURTI: El problema de la desintegración es muy com- plejo, igual que el resto de problemas humanos. Ahora bien, ¿no es el conflicto otro factor de desintegración? INTERLOCUTOR: Pero el conflicto es necesario, de no ser por él nos estancaríamos. Sin esfuerzo no habría progreso, adelan- to, cultura; sin esfuerzo, sin conflicto, aún seguiríamos sien- do salvajes. K: ¿Por qué siempre sacamos conclusiones u oponemos resis- LA GUERRA INTERNA 35 tencia cuando se sugiere algo nuevo? Es evidente que cuando matamos a miles de personas por nuestra patria, por una cau- sa u otra, somos salvajes; matar a otro ser humano es el ma- yor salvajismo. Pero sigamos con lo que estábamos diciendo. ¿No es el conflicto una señal de desintegración? E ¿Qué entiende por conflicto? K: Tenemos toda clase de conflictos: entre esposo y esposa, entre dos grupos de personas con ideas enfrentadas, entre “lo que es” y la tradición, entre “lo que es” y el ideal, el “debe- ría ser”, el futuro. El conflicto es una lucha interna y externa. En la actualidad tenemos conflicto en todos los diferentes ni- veles de nuestra existencia, tanto en el nivel consciente como en el inconsciente. Nuestra vida es una serie de conflictos, un campo de batalla, y ¿para qué? ¿Llegaremos a comprender- nos por medio de la lucha? ¿Puedo comprenderle si estoy en conflicto con usted? Para comprender tiene que haber cierta dosis de paz. La creación sólo puede darse en la paz, en la fe- licidad, no cuando hay conflicto y enfrentamiento. Estamos en constante lucha entre “lo que es” y “lo que debería ser”, entre la tesis y la antítesis. Hemos aceptado el conflicto como inevitable, y lo inevitable se ha convertido en la norma, en lo verdadero, sin importar que tal vez sea falso. ¿Puede “lo que es” transformarse en su opuesto mediante el conflicto? Si soy esto y me esfuerzo para ser aquello, lo cual es el opuesto, ¿dejaré de ser lo que soy? ¿No es lo opuesto, la antítesis, una proyección modificada “de lo que es”? ¿No contiene siempre los elementos de su propio opuesto? ¿Es posible comprender “lo que es” por medio de la comparación? ¿No es cualquier conclusión sobre “lo que es” un impedimento para compren- . der “lo que es”? Si uno quiere comprender algo, ¿no debe observarlo, estudiarlo? ¿Es posible estudiarlo con libertad si 56 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO tiene prejuicios a favor o en contra? Si quiere comprender a su hijo, ¿no es necesario estudiarlo sin identificarse con él ni condenarlo? Sin lugar a dudas, si está en conflicto con su hijo no puede comprenderlo, por tanto, ¿es necesario el conflicto para comprender”? Comentarios sobre el vivir, tomo Il, capítulo 12 Educación e integración, pág. 75 LA VIOLENCIA Y EL TIEMPO Ahora bien, en lo psicológico, ¿existe la evolución? Es decir, si digo: «Llegaré a ser tal cosa» o «Dejaré de ser así», ese llegar a ser o dejar de ser implican tiempo, ¿no es cierto? «Pasado ma- ñana seré menos violento, más amable, menos agresivo, más servicial, no seré tan egocéntrico ni egoísta», todo eso impli- ca tiempo, «soy esto» y «seré aquello». Creo que psicológi- camente evolucionaré, pero... ¿existe tal evolución? ¿Seré diferente después de un año? Si hoy soy violento, toda mi na- turaleza es violenta: mi educación, mi formación, las influen- cias sociales y las presiones culturales han engendrado violen- cia en mí. Por otro lado, he heredado la violencia del animal, con sus derechos territoriales, sexuales, etcétera; ¿evoluciona- rá esta violencia hasta convertirse en no violencia? ¿Pueden decírmelo, por favor? ¿Puede la violencia convertirse en no violencia? ¿Puede la violencia convertirse en amor? Si admitimos la posibilidad del progreso y de la evolu- ción psicológica, entonces debemos admitir el tiempo, pero el tiempo es un producto del pensamiento. Cuando decimos: «De acuerdo, esto es lo que soy ahora», lo cual es un produc- LA GUERRA INTERNA 57 to del pensamiento; «pero mañana, la próxima semana o en una fecha futura, seré del todo diferente», igualmente es una idea creada por el pensamiento, es obvio. Pero el pensamien- to, como decíamos, siempre es viejo, puede mejorarse, pue- de modificarse, puede agregar o quitar, pero siempre seguirá siendo pensamiento. El pensamiento es la respuesta de la me- moria, y la memoria es pasado; el pensamiento, el pasado, ha generado el tiempo psicológico. Si no existe tiempo psicoló- gico, y no existe, entonces uno afronta “lo que es”, no con el pensamiento de “lo que debería ser”. Aparte de eso, “lo que debería ser” es una invención, un escape al hecho de “lo que es”; debido a que no sabemos afrontar “lo que es”, inventa- mos el futuro. Si supiera qué hacer con mi violencia ahora, en el presente, no pensaría en el futuro; si supiera lo que sig- nifica morir completamente hoy, no tendría miedo al maña- na, a la muerte ni a la vejez, que son miedos del pensamien- to, por eso inventa el futuro. Así pues, sólo existe una cosa: “lo que es”; por tanto, ¿pue- do comprenderlo, puede la mente comprenderlo totalmente y trascenderlo? Eso significa no admitir el tiempo en absoluto, porque el tiempo es una invención del pensamiento. No obs- tante, para comprender “lo que es”, tengo que poner toda mi mente y corazón; debo comprender la violencia, comprender que la violencia no está separada de mí, que yo soy violencia, que la violencia no está alejada de mí, que yo soy la naturale- za y la estructura misma de la violencia; es decir, el “observa- dor” es lo “observado”. El observador que dice «soy violento» se separa a sí mismo de la violencia, pero si uno lo mira dete- nidamente, el observador es la violencia. Cuando vemos este hecho, no como una idea sino como un hecho, entonces la dua- lidad y la división entre el observador y lo observado termina; en ese momento, yo soy la violencia, cualquier esfuerzo termi- na porque todo lo que hago nace de esa violencia. 58 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO Cuando no hay división entre el hecho de la violencia y el observador que cree que es diferente de la violencia, en- tonces uno ve que el observador es lo observado, no son dos cosas separadas. Ahora bien, si uno ve que el observador es lo observado, o sea, la violencia, ¿qué hace la mente? Cual- quier acción que la mente haga en relación con la violencia sigue siendo violencia; por tanto, la mente al darse cuenta de que cualquier cosa que piense acerca de la violencia forma parte de la misma violencia deja de pensar, y en consecuen- cia la violencia termina. Esa percepción es inmediata, no es algo que pueda cultivarse a lo largo del tiempo y conseguir- lo en algún momento futuro. En esa percepción el ver es ins- tantáneo, no hay tiempo, progreso o evolución, es una per- cepción y acción instantánea. Sin duda alguna, el amor es así, ¿no creen? El amor no es un producto del pensamiento, el amor, como la humildad, no es algo que pueda cultivarse; no es posible cultivar la humildad, sólo el vanidoso la culti- va, pero mientras está “cultivándola”, es decir, progresando hacia la humildad, sigue siendo vanidoso; lo mismo sucede con el hombre que practica la no violencia, en el ínterin si- gue siendo violento. De hecho, el amor es ese estado de la mente donde el tiempo, el observador y lo observado no existen. Como sa- ben, cuando decimos que amamos a alguien, espero que ese sea su caso, hay comunicación, intensidad, comunión, al mis- mo tiempo y en el mismo nivel; esa comunicación, ese estado de amor, no es producto del pensamiento ni del tiempo. Conversaciones con estudiantes, 4.* charla Nueva escuela para la investigación social, Nueva York, 12 de octubre de 1968 4. LA RELACIÓN Cuando eliminamos la división entre el “yo” y el “usted”, en- tre el “nosotros” y el “ellos”, ¿qué sucede? Tan sólo enton- ces, y no antes, uno puede utilizar la palabra “amor”. El amor es ese algo tan extraordinario que surge cuando no existe el “yo” con sus límites y muros. Usted es el mundo, 3.2 charla Universidad de Stanford, California 13 de febrero de 1969 MIENTRAS CUMPLAMOS CON LAS NORMAS DE LA SOCIEDAD... El hombre ha aceptado el conflicto como parte inherente de su existencia diaria, porque cree que la competición, los ce- los, la codicia, la ambición y la agresión son una forma na- tural de vivir. Al aceptar esa forma de vivir también acep- tamos la estructura de la sociedad tal como es, viviendo así dentro de las normas de la respetabilidad. La mayoría de no- sotros estamos atrapados en eso, porque queremos ser tre- mendamente respetables. Al examinar nuestra mente y nues- tro corazón, nuestro modo de pensar, de sentir y de actuar en 60 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO la vida cotidiana, vemos que si cumplimos con las normas de la sociedad, la vida será siempre un campo de batalla. Si no aceptamos esas normas, y ninguna persona realmente religio- sa puede aceptarlas, entonces estaremos completamente li- bres de la estructura psicológica de la sociedad. Libérese del pasado, capítulo VII, pág. 61 NO TIENE SENTIDO SENTARSE EN UNA HABITACIÓN Y TRATAR DE AVERIGUAR SI UNO ES VIOLENTO INTERLOCUTOR: Aprendemos haciéndolo, no estamos sugirien- do que nos retiremos a nuestras habitaciones para descubrir... KRISHNAMURTI: ¡Por Dios, no! Uno aprende mientras hace, el hacer es el aprender. I: ... para averiguar si estamos cooperando o si nos amolda- mos. Si de verdad estamos cooperando, eso no genera ningu- na contradicción. K: No se trata de cooperar porque alguien le obliga o por- que las circunstancias adversas se lo imponen; otra cosa es cooperar porque le encanta cooperar, quiere hacer cosas con los demás. Eso es orden, no puede vivir aislado en su habi- tación. I: ¿No se genera, en ese caso, alguna contradicción? LA RELACIÓN 61 K: Por supuesto que no. Pero si me obliga, si las circunstan- cias me lo imponen, o siento que si no coopero seré menos- preciado, eso es violencia. Sin embargo, no es violencia si me doy cuenta de que debemos trabajar juntos, de que la vida es colaboración, que no puedo vivir solo. Después de todo, descubro que soy violento cuando hacemos cosas juntos, en los juegos, cuando hablamos, cuando le escucho; en la rela- ción es cuando uno descubre, de otro modo no es posible des- cubrir, no tiene sentido sentarse en una habitación y tratar de averiguar si uno es violento. Uno puede imaginar que no es violento, pero la prueba definitiva, la acción válida para ver si uno es o no es violento, es la relación; ese es el verdade- ro trabajo. 51 lo hace, tendrá una energía tremenda porque su vida estará en orden. Principios del aprender, capítulo 14 LA AGRESIVIDAD Y LA COMPARACIÓN Existe, además, un condicionamiento más profundo, cier- ta actitud agresiva hacia la vida. La agresividad entraña un sentimiento de dominio, de poder, de posesión y de presti- glo. Uno debe ahondar mucho en sí mismo para liberarse por completo de todo esto, porque es muy sutil y adopta multitud de formas diferentes. Podemos pensar que no somos agresi- vos, pero si sólo se trata de una idea, una opinión, una valo- ración, sea verbal o no verbal, surge un sentimiento de afir- mación que gradualmente se vuelve agresivo y violento; uno puede verlo en sí mismo. Detrás de la palabra “agresividad”, 62 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO aunque pueda mencionarla con mucha suavidad, hay cier- ta reacción, una acción solapada, compulsiva, que se vuelve cruel y violenta. Tenemos que descubrir si este condiciona- miento agresivo viene heredado del animal o nos volvemos agresivos por la propia afirmación del placer. De modo que, ¿somos realmente agresivos en el sentido completo de la pa- labra, lo cual significa “empujar”? - La comparación es otra forma de condicionamiento. Uno se compara a sí mismo con aquello que considera noble o he- roico, con aquello que le gustaría ser, en oposición a “lo que es”, El afán de compararse es una forma de condicionamien- to y, asimismo, es increíblemente sutil. Me comparo con otro que es un poco más inteligente o físicamente más agraciado, de manera que, en secreto o de forma abierta, siempre está ese monólogo en el cual uno se habla a sí mismo en términos de comparación; obsérvelo en sí mismo. Donde hay comparación también existe cierta forma de agresividad en el sentido de logro o cuando no se consigue el objetivo aparece el sentimiento de frustración y de inferiori- dad. Desde la niñez se nos enseña a comparar nuestro sistema educativo se basa en la comparación, en la evaluación, por medio de calificaciones y exámenes. Cuando uno se compara con alguien más inteligente surge la envidia, los celos y todos los conflictos derivados. La comparación implica medida y me mido con aquello que considero mejor o más noble. Así que nos preguntamos, ¿puede la mente liberarse del condicionamiento social y cultural, de la comparación y de lá medida, del condicionamiento del miedo y el placer, de la re- compensa y el castigo? Todas nuestras estructuras morales y religiosas están basadas en todo esto, pero... ¿por qué segui- mos condicionados? Vemos que las influencias externas nos condicionan y también las demandas internas voluntarias lo hacen; ahora bien, ¿por qué aceptamos el condicionamien- LA RELACIÓN 63 to? ¿Por qué la mente en sí misma ha permitido condicionar- se? ¿Cuál es el factor que hay detrás de todo esto? ¿Por qué yo, que he nacido en un determinado país y cultura, me lla- mo a mí mismo hindú y cargo con toda la superstición y la tradición que me ha impuesto mi familia y la sociedad, por qué acepto ese condicionamiento? ¿Qué se esconde detrás de esto? ¿Cuál es el factor que está constantemente exigiendo o permitiendo, cediendo o resistiendo este condicionamiento? Queremos sentirnos a salvo y seguros dentro de una co- munidad, lo cual implica seguir un determinado modelo. Si uno no sigue dicho modelo, puede perder el empleo, quedar- se sin dinero y no ser considerado una persona respetable. Todo lo cual produce rebeldía, y la misma rebeldía genera su propio condicionamiento, cosa que la juventud de hoy en día está haciendo. Debemos, pues, investigar qué es lo que nos obliga a adaptarnos, porque a menos que uno lo descubra por sí mismo, de una manera u otra, positiva o negativamente, es- tará siempre condicionado. Desde el momento en que nace- mos hasta que morimos, este es el proceso que vivimos: uno puede rebelarse, tratar de escapar hacia otro condicionamien- to, O bien retirarse en un monasterio como hacen los que se dedican a la vida contemplativa y a la filosofía, pero siempre está operando el mismo movimiento. Entonces, ¿cuál es ese mecanismo que permanece en constante movimiento y que se adapta a las diversas formas de condicionamiento? La pregunta imposible, capítulo 6 Hook 64 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO INTERLOCUTOR: Según dijo, el hombre que se enfrenta a la ira con la ira, se convierte en ira. ¿Significa eso que si comba- timos la crueldad con las armas de la crueldad nos converti- mos también en el enemigo? No obstante, si no nos protege- mos, el enemigo nos destruirá. KRISHNAMURTI: Sin lugar a dudas, uno se convierte en aque- llo contra lo que lucha. ¿Es necesario aclararlo? Bien, Si es- toy enojado y usted me trata con enojo, ¿cuál es el resultado? Más enojo, porque usted se ha convertido en lo que yo soy. Si soy perverso y se enfrenta a mí utilizando medios perversos, entonces se vuelve igualmente perverso, por más justo que se crea, S1 soy cruel y usted, para dominarme, emplea métodos crueles, es tan cruel como yo; durante miles de años hemos venido haciéndolo, Es indudable que existe una manera dife- rente que no sea la del odio con el odio, ¿no creen? Si empleo métodos violentos para terminar con el enojo que hay en mí, estaré empleando medios incorrectos para alcanzar un buen fin y, por tanto, dejará de ser un buen fin. De esa manera, no puede surgir compresión, no es posible trascender el enojo. Debemos investigar el enojo con tolerancia y compren- derlo, no es posible superarlo por medios violentos. El enojo puede ser el resultado de muchas causas, y sin comprender- las no podemos evitar enojarnos. Hemos creado al enemigo, al opositor, y si nosotros mis- mos nos convertimos en un oponente, es imposible terminar con el enojo. Tenemos que comprender la causa del enojo y dejar de alimentarla con nuestro pensamiento, con nuestro sentimiento y con nuestras acciones. Esa es una tarea ardua que requiere un constante darse cuenta de uno mismo e inte- ligente flexibilidad, porque lo que somos, eso mismo, es la sociedad y el Estado, El enemigo y el amigo son el resulta- do de nuestro pensamiento y de nuestra acción; nosotros so- LA RELACIÓN 65 mos los responsables de crear enemistad, y por eso es más importante darse cuenta de nuestro propio pensamiento y ac- ción, que preocuparse del enemigo o el amigo, porque el rec- to pensar pone fin a la división. El amor trasciende al amigo y al enemigo. Obras completas, tomo II, 2.? charla, Oja1, California, 21 de mayo de 1944 5. LOS JÓVENES Si quiere terminar con la violencia, si quiere acabar con las guerras, ¿cuánta energía, cuánto está dispuesto a dedicar a esta cuestión? ¿No le importa que sus hijos mueran, que se alisten en el ejército donde serán acosados y masacrados? ¿No le importa? ¡Dios mío! Si no le interesa, ¿qué le interesa entonces? ; Proteger su dinero? ¿Divertirse? ¿Tomar drogas? ¿No se dan cuenta de que su propia violencia está destruyen- do a sus hijos? ¿O sólo lo ven como una idea? Libérese del pasado, capítulo VI, pág. 56 LA EDUCACIÓN Y LA PAZ MUNDIAL Para descubrir qué papel desempeña la educación en la cri- sis mundial actual debemos entender cómo se ha ido gene- rando dicha crisis. Es obvio que su origen es fruto de los va- lores falsos que rigen nuestra relación con las personas, con la propiedad y con las ideas. Si nuestra relación con los de- más se basa en el engrandecimiento personal, si la relación con la propiedad tiene como objetivo la codicia, es obvio que la estructura de la sociedad será competitiva y exclusivista; 68 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO si nuestra relación con las ideas justifica oponer una ideolo- gía contra otra, la desconfianza mutua y el rencor son resul- tados inevitables. Otra causa del presente caos es nuestra dependencia de la autoridad, de los líderes, tanto en asuntos cotidianos como en la escueta o en la universidad; los líderes y la autoridad que ejercen son factores de deterioro en cualquier cultura. Cuan- do seguimos a otros no es posible comprender, sólo existen el temor y ei sometimiento, los cuales conducen a la cruel- dad del Estado totalitario y al dogmatismo de la religión or- ganizada, Depositar toda nuestra confianza en los gobiernos, con- fiar en que las organizaciones y las autoridades traerán paz, cuando está claro que la paz sólo puede surgir de la compren- sión de uno mismo, es crear más y mayor conflicto. No pue- de haber felicidad duradera mientras aceptemos un orden so- cial plagado de interminables luchas y antagonismos entre los hombres. Si queremos cambiar las condiciones actuales, primero debemos transformarnos a nosotros mismos, lo cual significa que debemos darnos cuenta de nuestras propias ac- ciones, de nuestros pensamientos y sentimientos en la vid diaria. | Pero en realidad no queremos paz, no queremos acabar con la explotación, no permitimos que nadie interfiera en nuestra codicia, ni que se alteren los cimientos de la estructura social presente; queremos que las cosas sigan como están, que los cambios sean sólo superficiales, por eso los poderosos y los as- tutos son los que gobiernan nuestras vidas. La paz no se consigue por medio de una ideología ni de- pende de alguna legislación; sólo tendremos paz cuando no- sotros, como individuos, empecemos a comprender nuestros propios procesos psicológicos. Si eludimos la responsabili- dad de actuar individualmente y esperamos que algún siste- Los JÓVENES 69 ma nuevo traiga paz, entonces nos convertiremos en simples esclavos de ese sistema. Cuando los gobiernos, los dictadores, las grandes corpo- raciones y el poder clerical empiecen a ver que este creciente antagonismo entre los seres humanos sólo conduce a la des- trucción indiscriminada y, por tanto, no es rentable, quizá en- tonces mediante la legislación u otras medidas de coacción nos obliguen a reprimir nuestros deseos, nuestras ambicio- nes personales, y a cooperar por el bienestar de la humani- dad. Igual que ahora nos educan y animan a ser competitivos y crueles, entonces nos obligarán a respetarnos mutuamente y a trabajar por un mundo global. Sin embargo, aunque consigamos estar todos bien alimen- tados, tener ropa y techo, no estaremos libres de conflictos y antagonismos, tan sólo los habremos cambiado de lugar, un lugar donde serán aún más diabólicos y devastadores. La úni- ca acción moral o justa es la acción voluntaria, y solamente la comprensión puede traer paz y felicidad al ser humano. Las creencias, las ideologías y las religiones organizadas nos enfrentan unos con otros; hay conflicto no sólo entre las distintas sociedades, sino también entre distintos grupos den- tro de una misma sociedad. Debemos ser conscientes de que mientras sigamos identificados con un país, mientras nos afe- rremos a la seguridad, mientras nos dejemos condicionar por los dogmas, habrá lucha y desdicha dentro de nosotros y en el mundo. Asimismo, tenemos el inmenso problema del patriotis- mo. ¿Cuándo nos sentimos patriotas? Es obvio que no es una emoción casual, nos animan hábilmente a ser patrióticos por medio de los libros de texto, de los periódicos y de otros ca- nales de propaganda, estimulan nuestro egoísmo racial idea- lizando a los héroes nacionales y afirmando que nuestro país y nuestra forma de vivir son mejores que otros; como conse- 70 VIVIR EN UN MUNDO SiN SENTIDO cuencia, este espíritu patriótico nutre nuestra vanidad desde la infancia hasta la vejez. La constante repetición de que pertenecemos a cierto gru- po político o religioso, de que pertenecemos a una nación u otra..., halaga nuestros pequeños egos, los hincha como las velas de un velero, hasta que finalmente estamos dispuestos a matar o a morir por nuestro país, por nuestra raza o nues- tra ideología. ¡Es todo tan insensato y antinatural! Sin lugar a dudas, los seres humanos son más importantes que las fron- teras nacionales y las ideológicas. El espíritu separatista del nacionalismo está extendiéndo- se por todo el mundo como la pólvora. Se cultiva el patrio- tismo y es. explotado hábilmente por aquellos que quieren expandirse más, que quieren más poder, más enriquecimien- to; y cada uno de nosotros participa en este proceso porque también deseamos estas cosas. La conquista de otras tierras y Otros pueblos proporciona nuevos mercados para el co- mercio, así como también para las ideologías políticas y re- ligiosas. Uno debe observar todas estas expresiones de violencia y antagonismo con una mente libre de prejuicios, es decir, con una mente que no se identifica con ningún país, raza o ideo- logía, sino que trata de descubrir la verdad. Es una gran dicha ver algo con claridad sin dejarse influir por las ideas o directri- ces de otros, ya sean de gobernantes, especialistas o de grandes intelectuales. Cuando comprendamos que el patriotismo es un obstáculo para la felicidad humana, dejaremos de luchar con- tra esta falsa emoción que surge en nosotros, porque habrá des- aparecido para siempre. El nacionalismo, el espíritu patriótico, la conciencia de clase y de raza, todas son manifestaciones del ego y, por tan- to, dividen. Después de todo, ¿qué es una nación sino un gru- po de individuos que viven juntos por razones económicas y Los JÓVENES 71 de autoprotección? De la idea de “mi país” con sus fronteras y barreras arancelarias surge el miedo y la defensa de los in- tereses propios, lo cual imposibilita la hermandad y la unidad de los seres humanos. El afán de lucro y de posesión, el anhelo de identificación con algo más grande que nosotros crean el espíritu naciona- lista, y el nacionalismo engendra la guerra. En todos los paí- ses, los gobiernos alentados por la religión organizada apo- yan el nacionalismo y el espíritu separatista. El nacionalismo es una enfermedad y nunca podrá lograr la unidad del mun- do. No se puede lograr la salud por medio de la enfermedad, primero tenemos que curar la enfermedad. Como consecuencia de que somos nacionalistas estamos dispuestos a defender nuestras naciones soberanas, nues- tras creencias y posesiones, aunque eso implique mantener- nos constantemente armados. La propiedad y las ideas se han vuelto más importantes que la vida humana, por eso hay siempre antagonismo y violencia entre nosotros y los demás. Cuando mantenemos la soberanía de nuestro país destruimos a nuestros hijos, cuando rendimos culto al Estado, que es una simple proyección de uno mismo, sacrificamos a nuestros hi- jos a cambio de satisfacción propia. El nacionalismo y los gobiernos soberanos son las causas y los instrumentos de la guerra. Nuestras instituciones sociales actuales no pueden evolu- cionar hacia una federación mundial, porque sus propios ci- mientos no son sólidos. Los parlamentos y los sistemas edu- cativos que defienden la soberanía nacional y enfatizan la importancia del grupo nunca pondrán fin a las guerras. Cada grupo separado de personas, con sus gobernantes y sus go- - bernados, es el germen de la guerra. Sin un cambio funda- mental, en la relación actual entre seres humanos, la indus- trialización nos llevará inevitablemente a la confusión, y se 72 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO convertirá en instrumento de destrucción y desdicha; mien- tras existan la violencia y la tiranía, el engaño y la propagan- da, la fraternidad humana no será posible. Limitarse a instruir a las personas para que sean excelen- tes Ingenieros, brillantes científicos, hábiles ejecutivos y tra- bajadores competentes nunca logrará unificar a opresores y oprimidos. Es evidente que nuestro sistema educativo actual, causante de los múltiples factores que producen enemistad y odio entre los seres humanos, no ha impedido las matanzas en nombre de la patria o en nombre de Dios. Las religiones organizadas con su autoridad civil y espiri- tual son igualmente incapaces de traer paz al hombre, porque también ellas son el resultado de nuestra ignorancia y nues- tro miedo, de nuestra fantasía y egoísmo. Debido a nuestra ansia por encontrar seguridad, sea en este o en otro mundo, creamos instituciones e ideologías que garanticen esa seguridad. Sin embargo, cuanto más nos es- forcemos en tener seguridad menos seguridad tendremos, porque el deseo de estar seguros sólo fomenta la división e incrementa el antagonismo. Si sentimos y comprendemos profundamente la verdad de esto, no sólo de forma verbal o intelectual, sino con todo nuestro ser, nuestra relación con las personas más cercanas cambiará radicalmente, y sólo enton- ces será posible alcanzar la unidad y la fraternidad. A la mayoría nos consumen un sinfín de miedos, por eso nos preocupa enormemente nuestra seguridad. Confiamos en que algún milagro termine con las guerras, entre tanto cuipa- mos a los grupos estatales de ser los instigadores de la gue- rra, y ellos por su parte nos culpan a nosotros del desastre. A pesar de ser tan obvio que la guerra es perjudicial para la so- ciedad, nos preparamos para la guerra y fomentamos en los jóvenes el espíritu militar. Ahora bien, ¿debe la instrucción militar formar parte de Los JÓVENES 73 la educación? Todo dependerá de la clase de seres humanos que queramos que sean nuestros hijos. 51 queremos que sean asesinos eficientes, en ese caso la instrucción militar es ne- cesaria; si queremos disciplinar y reglamentar sus mentes, si nuestro propósito es convertirlos en nacionalistas, o sea, en irresponsables ante la sociedad como un todo, en ese caso la instrucción militar es una buena manera de conseguirlo; si preferimos la muerte y la destrucción, es obvio que la ins- trucción militar cobra importancia. La función de los genera- les es planificar y promulgar la guerra; y si nuestra intención es mantener una batalla constante entre nosotros y nuestros vecinos, entonces, ¡adelante!, necesitamos más generales. Si el único propósito de nuestras vidas es mantener luchas interminables en nuestro interior y con los demás, si nues- tro deseo es perpetuar el derramamiento de sangre y el sufri- miento, entonces necesitamos más soldados, más políticos, más odio; eso es lo que está sucediendo en la actualidad. La civilización moderna se basa en la violencia y por eso juga- mos con la muerte; mientras veneremos el poder, la violencia será nuestra forma de vida. Sin embargo, si queremos paz, si buscamos una buena relación entre seres humanos, sean cris- tianos o hindúes, americanos O rusos, si queremos que nues- tros hijos sean seres humanos equilibrados, en ese caso la formación militar es, sin lugar a dudas, un impedimento, el camino equivocado para conseguirlo. Una de las principales causas del odio y las luchas es la creencia de que cierta clase o raza es superior a otra. Pero el niño no tiene conciencia de ninguna clase ni raza, son la fa- milia o el medio escolar, o ambos, los que le inculcan el sen- timiento separatista; al niño no le importa si su compañero de juegos es negro o judío, si es brahmán o no, es toda la estruc- tura social la que constantemente fuerza su mente, influyen- do en ella y moldeándola. El problema, una vez más, no es el 74 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO niño, sino los adultos que han creado un entorno absurdo de separatismo y falsos valores. ¿Existe alguna base real que permita diferenciar a los se- res humanos? Es posible que la constitución física y el color de nuestra piel sean diferentes, que nuestros rostros sean dis- tintos, pero debajo de la piel somos muy similares: arrogan- tes, ambiciosos, envidiosos, violentos, lujuriosos, ávidos de poder, etcétera. No obstante, si nos quitamos estas etiquetas nos quedamos desnudos, pero no queremos encarar nuestra desnudez, preferimos seguir con las etiquetas, lo cual indica lo inmaduros y pueriles que somos. Para que un niño pueda crecer libre de prejuicios, prime- ro tenemos que eliminar cualquier prejuicio en nosotros mis- mos y después en el propio entorno, lo cual implica terminar con la estructura de esta sociedad insensata que hemos crea- do. Es posible que mientras esté en el hogar le podamos mos- trar al niño lo absurdo de aferrarse a su propia clase o raza y, seguramente, él esté de acuerdo con nosotros, pero en la es- cuela y cuando juega con otros niños se contagia del espíri- tu separatista. O, tal vez suceda lo contrario, que viva en un hogar tradicional, estrecho de miras, mientras en la escuela recibe una educación liberal. Sea como sea, hay una batalla permanente entre el ambiente familiar y el escolar, y por tan- to, el niño queda atrapado entre esos dos ambientes. Si queremos educar a un niño con sensatez, si queremos ayudarle a que sea perceptivo, a que vea la falsedad de estos prejuicios estúpidos, tenemos que establecer una estrecha re- lación con él; tenemos que investigar estos temas y hacer lo posible para que el niño escuche conversaciones inteligentes; tenemos que permitir que desarrolle esa actitud de investiga- ción y descontento que ya existen en él, ayudándole a que por sí mismo descubra lo que es verdadero y lo que es falso. La constante investigación, la verdadera insatisfacción Los JÓVENES 75 abren las puertas a la inteligencia creativa, aunque resulta ar- duo mantener activas la investigación y el descontento. La mayoría no quiere que sus hijos tengan esa clase de inteligen- cia, porque es muy incómodo vivir con alguien que constan- temente cuestiona los valores establecidos. Cuando somos jóvenes todos nos sentimos descontentos, pero por desgracia el descontento pronto desaparece debido a nuestras tendencias imitativas y al culto a la autoridad. Á medida que nos hacemos mayores empezamos a cristalizar- nos, a sentirnos satisfechos y recelosos; nos convertimos en ejecutivos, en sacerdotes, en empleados de banca, en geren- tes de empresa, en técnicos, y poco a poco nos vamos dete- riorando. Como deseamos conservar nuestros empleos y po- siciones apoyamos esa sociedad destructiva, que nos brinda esa posibilidad y nos proporciona cierta seguridad. El hecho de que la educación esté en manos del gobierno es un verdadero desastre; no hay ninguna esperanza de paz ni de orden en el mundo mientras la educación esté controlada por el Estado o la religión organizada. Cada día más, los go- biernos se hacen cargo de los niños y de su futuro; en el caso de que el gobierno no lo haga, entonces son las organizacio- nes religiosas las que intentan controlar la educación. Condicionar la mente del niño, para que encaje dentro de una determinada ideología política o religiosa, termina gene- rando enemistad entre los hombres. En una sociedad compe- titiva no es posible la fraternidad, y ninguna reforma, ningu- na dictadura, ningún método educativo puede crearla. Mientras uno sea neocelandés y otro hindú, es absurdo ha- blar de la unidad del hombre; ¿cómo es posible la unidad en- tre seres humanos si en nuestros países respectivos mantene- mos nuestros prejuicios religiosos y sistemas económicos? ¿Cómo puede haber fraternidad cuando el patriotismo sigue dividiendo a los hombres?, ¿cómo puede haber hermandad 76 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO cuando millones de personas sufren las condiciones de una economía deplorable, cuando otros viven en la abundancia? ¿Cómo puede haber unidad entre los seres humanos si esta- mos divididos en creencias, si un grupo domina a otro, s1 los ricos tienen poder y los pobres quieren conseguir ese mismo poder, si la Tierra está mal distribuida, si algunos están bien alimentados y otros miles mueren de hambre? Uno de los problemas es que no nos interesan realmente estas cuestiones, y no nos interesan porque no queremos que nada nos perturbe, preferimos cambiar las cosas en la medida que nos resulten ventajosas, por eso no tenemos ningún inte- rés en nuestro vacío interno y en nuestra propia crueldad. ¿Es posible alcanzar la paz por medios violentos? ¿Lle- garemos a tener paz paso a paso, a través de un lento proce- so de tiempo? Sin duda, el amor no es una cuestión de prác- tica ni de tiempo. Según creo, las dos últimas guerras fueron para defender la democracia, y ahora nos estamos preparan- do para una guerra aún mayor y más destructiva, mientras la gente sigue siendo menos libre. Ahora bien, ¿qué sucedería sil elimináramos los obstáculos tan obvios que impiden com- prender, como son la autoridad, las creencias, el nacionalis- mo y toda la actitud jerárquica? Si así fuera, seríamos perso- nas sin autoridad, seres humanos que se relacionan unos con otros de forma directa, y tal vez en ese momento habría amor y compasión. Lo importante en la educación, igual que en cualquier otro ámbito, es contar con personas comprensivas y afectuosas, cuyos corazones no estén llenos de frases vacías ni de cosas de la mente. Si la vida es para vivirla felizmente, con respeto, en armo- nía con nosotros mismos, si queremos construir una sociedad realmente inteligente, debemos tener educadores que com- prendan la necesidad de integrarnos y, por tanto, que sean Los JÓVENES 77 capaces de transmitir esa comprensión al niño. Esa clase de educadores sería un peligro para la actual estructura de la so- ciedad, porque no quieren construir una sociedad inteligente, y si algún profesor que, al darse piena cuenta de la importan- cia de tener paz, empezara a señalar las verdaderas conse- cuencias del nacionalismo y la estupidez de la guerra, pron- to perdería su empleo. Siendo conscientes de esto, la mayoría de profesores transigen y, de ese modo, contribuyen a mante- ner el actual sistema de explotación y violencia. Es indudable que para descubrir la verdad uno debe estar libre de luchas, tanto internas como con los demás. Cuando internamente estamos libres de conflicto, tampoco tenemos conflictos con lo externo; las luchas internas son las que al proyectarse en lo externo generan el conflicto mundial, La guerra es una proyección dramática y sangrienta de nuestro diario vivir, es una consecuencia de nuestras vidas cotidianas, y si no bay una transformación dentro de noso- tros, seguirán los antagonismos nacionales y raciales, las disputas pueriles por una ideología, la proliferación de sol- dados, los saludos a la bandera, y todas las innumerables brutalidades que contribuyen a desencadenar la matanza or- ganizada. En todo el mundo la educación ha fracasado, ha sido la causante de tanta destrucción y desdicha. Los gobiernos ins- truyen a los jóvenes para que sean los soldados y técnicos efi- cientes que necesitan; imponen y fomentan los prejuicios y las disciplinas estrictas. Al ver estos hechos y al considerar- los debemos investigar el significado de la existencia, el sen- tido y propósito de nuestras vidas. Tenemos que descubrir las ventajas de crear un nuevo entorno social, porque el entorno puede hacer que el niño sea un energúmeno, un especialista insensible, o puede ayudarle a convertirse en un ser humano sensible e inteligente. Tenemos que crear un gobierno mun- 78 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO dial del todo distinto, que no esté basado en el nacionalismo, en las ideologías ni en la fuerza. Todo esto entraña que comprendamos nuestra responsabi- lidad en la relación de unos con otros; no obstante, para com- prender esa responsabilidad tiene que haber amor en nues- tros corazones, no sólo cultura y conocimientos. Cuanto más intenso sea nuestro amor, más profundo será su impacto en la sociedad. Sin embargo, somos todo cerebro y no tenemos corazón, cultivamos el intelecto e ignoramos la humildad. Si amáramos de verdad a nuestros hijos, los protegerfamos y salvaríamos, no permitiríamos que fuesen sacrificados en las guerras. Creo que en realidad queremos que haya armas, nos gusta el despliegue del poder militar, de los uniformes, los rituales, la bebida, el ruido, la violencia. Por eso, nuestra vida diaria es un reflejo en miniatura de esa misma crueldad superficial, y como consecuencia de la envidia y la falta de considera- ción, nos estamos destruyendo los unos a los otros. Queremos ser ricos, y cuanto más ricos más despiadados nos volvemos, por mucho que donemos grandes sumas de di- nero a la beneficencia o a la educación. Después de robar- le a una víctima le devolvemos una pequeña parte del bo- tín, y a eso le llamamos filantropía. Me parece que no somos conscientes de los desastres que estamos forjando, la mayo- ría vive cada día con la máxima rapidez e indiferencia posi- ble, dejando a los gobiernos y a los políticos astutos la direc- ción de nuestras vidas. Todos los gobiernos soberanos necesitan prepararse para la guerra, y el gobierno de nuestro país respectivo no es una excepción. Para que los ciudadanos sean eficientes en la gue- rra, para poder adiestrarlos eficientemente y que puedan cum- plir con sus deberes, es obvio que los gobiernos ejercen un control y dominio sobre las personas; tienen que educarlos Los JÓVENES 79 para que actúen como máquinas, para que sean cruelmente eficaces. Si el propósito y la finalidad de la vida es destruir o ser destruido, entonces la educación debe promover la cruel- dad. No estoy del todo seguro de que en nuestro fuero inter- no no deseemos eso, porque la crueldad y el culto al éxito van de la mano. Los Estados soberanos no quieren que sus ciudadanos sean libres y piensen por sí mismos, por eso los controlan por me- dio de la propaganda, de la manipulación de sucesos históri- cos, etcétera. Esa es la razón por la que la educación se está convirtiendo cada vez más en un sistema para enseñar lo que - uno debe pensar, en lugar de enseñarnos a pensar. Si al pen- sar tuviéramos nuestro propio criterio con independencia del sistema político actual, seríamos un peligro, las instituciones libres podrían convertirse en pacifistas o las personas pensa- rían de forma contraria al régimen existente. La verdadera educación es, sin lugar a dudas, un peligro para los gobiernos soberanos, y esa es la razón de que em- pleen medios sutiles y severos, Para poder controlar al hom- bre, la educación y la comida están en manos de unos pocos, y eso alos gobiernos, ya sean de derechas o de izquierdas, no les preocupa demasiado, siempre que sigamos siendo máqui- nas eficaces productoras de mercancías y bombas. No obstante, el hecho de que esto suceda en el mundo entero significa que a nosotros, como ciudadanos y educa- dores responsables de los gobiernos actuales, no nos impor- ta mucho si hay libertad o esclavitud, paz o guerra, bienestar o desdicha para el hombre. Nos conformamos con peque- ñas reformas aquí y allá, pero la mayoría tenemos miedo de cambiar la sociedad actual y crear una nueva estructura di- ferente, porque eso implica que cada uno deberá cambiar radicalmente. Por otro lado, están aquellos que buscan desencadenar 80 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO una revolución violenta, tras haber contribuido a establecer el sistema social actual con todos sus conflictos, confusión y miseria; ahora quieren organizar una sociedad perfecta. Sin embargo, ¿es posible que alguno de nosotros organice una sociedad perfecta siendo los que hemos establecido la socie- dad que tenemos? Creer que lograremos la paz por medios violentos significa sacrificar el presente por un ideal futuro, y la búsqueda de ese ideal futuro a través de medios erróneos es una de las causas del desastre actual. La expansión y el control de los valores sensoriales pro- ducen el veneno del nacionalismo, las fronteras económicas, los gobiernos soberanos y el espíritu patriótico, todo lo cual impide la cooperación entre los hombres y corrompe la rela- ción humana que constituye la sociedad. La sociedad es la re- lación de unos con otros, y sin comprender plenamente esa relación, no de forma pasajera, sino como un proceso total y unitario, estableceremos una y otra vez la misma clase de es- tructura social a pesar de las reformas superficiales que in- troduzcamos. Si realmente queremos cambiar la relación humana ac- tual, aquella que ha ocasionado tanta desdicha al mundo, nuestra única e inmediata tarea consiste en la transforma- ción individual mediante el conocimiento propio. Así, re- egresamos de nuevo al punto importante, que es uno mismo; sin embargo, evitamos esta responsabilidad y la delegamos en los gobiernos, las religiones y las ideologías. Pero el go- bierno es lo que somos, las religiones y las ideologías son una proyección de uno mismo, y a menos que cambiemos fundamentalmente no es posible la verdadera educación ni la paz en el mundo. La seguridad física para todos los seres humanos sólo lle- gará cuando haya amor e inteligencia; y la creación de un mundo plagado de conflictos y desdicha en el cual la seguri- Los JÓVENES 81 dad física cada vez es más difícil, ¿no es una clara evidencia de la completa futilidad de los modelos educativos presen- tes y pasados? Como padres y educadores, nuestra responsa- bilidad inmediata es cambiar esa línea de pensamiento tradi- cional, y dejar de confiar en los expertos y sus conclusiones. La habilidad tecnológica ha generado en nosotros una capa- cidad de ganar dinero, y eso hace que la mayoría se sienta satisfecha con la estructura social actual. Pero al verdadero educador, lo único que le interesa es vivir correctamente, te- ner una verdadera educación, y los medios correctos para ga- narse la vida. Si no asumimos nuestra responsabilidad sobre estas cueg- tiones, más responsabilidades asumirá el gobierno. La crisis actual no es política o económica, es una crisis producida por el deterioro humano que ningún partido político ni sistema económico puede solucionar. Se acerca peligrosamente otro desastre aún mayor y la ma- yoría de nosotros no hacemos nada para evitarlo, seguimos día tras día exactamente igual, como siempre, no queremos abandonar nuestros valores falsos y empezar de nuevo, sólo queremos reformas parciales, lo cual genera el problema de tener que seguir haciendo nuevas reformas. Pero el edificio está cediendo, las paredes ya no resisten, y el fuego lo está devastando; debemos abandonar el edificio y construir en un terreno nuevo, con cimientos y valores diferentes. No se trata de ignorar los conocimientos técnicos, pero podemos darnos cuenta de nuestra fealdad interna, de nues- tra crueldad, de nuestros engaños y deshonestidad, de nuestra completa falta de amor. Sólo cuando nos liberemos inteligen- temente del espíritu nacionalista, de la envidia y de la sed de poder, será posible establecer un nuevo orden social. La paz no puede alcanzarse con reformas parciales ni con simples reajustes en las viejas ideas y supersticiones, sólo ha- 82 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO brá paz cuando comprendamos aquello que yace más allá de lo superficial y, por tanto, detengamos esta ola de destrucción que hemos desatado con nuestra agresividad y nuestros mie- dos; solamente entonces habrá esperanza para nuestros hijos y para la salvación del mundo. La educación y el significado de la vida, capítulo IV 6. ELARTE DE VIVIR MEDITACIÓN: SÓLO PUEDE HABER PAZ CUANDO NO HAY OBSERVADOR Si quiero ver algo con claridad, un árbol, una nube, o el rostro de la persona que está a mi lado, para verlo con mucha cla- ridad sin ninguna distorsión, es obvio que la mente no pue- de estar parloteando; para poder observar, para ver, debe estar en silencio, y el mismo ver es el hacer y el aprender. Así pues, ¿qué es meditación? Empleando esta palabra se- gún la definición que aparece en el diccionario, no con el significado especial que le dan aquellos que creen saber lo que es la meditación, ¿es posible meditar, examinar, obser- var, comprender, aprender, ver con claridad sin distorsión alguna, escuchar las cosas como son, sin interpretar, sin tra- ducir acorde con nuestros propios prejuicios? Cuando escu- chamos a un pájaro por la mañana, ¿es posible escucharlo sin que interfiera en la mente una sola palabra, escucharlo con total atención, escucharlo sin decir: «Qué hermoso es, qué gracioso, qué mañana tan bella»? Eso significa que la mente debe estar en silencio, y la mente no puede estar en silencio si surge cualquier clase de interpretación. Por eso es necesario comprender cualquier conflicto: entre el indi- viduo y la sociedad, entre el individuo y su prójimo, entre él mismo, con su esposa, con sus hijos, o ella con su espo- so, etcétera. Cualquier forma de conflicto, y en cualquier si- 84 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO tuación, es un proceso de distorsión. Si hay contradicción interna, la cual surge cuando uno quiere y no puede expre- sarse de la forma esperada, entonces aparece el conflicto, la lucha, el dolor, y eso distorsiona la cualidad, la sutileza y la viveza de la mente. Meditar significa comprender la naturaleza de la vida y su actividad dual, el conflicto; significa percibir su auténti- co significado y su verdad, de modo que la mente a pesar de haber sido condicionada durante miles de años y de haber vi- vido en conflicto, debatiéndose, luchando, se vuelva clara y sin distorsión alguna. Se trata de que la mente se dé cuenta de que mientras siga una ideología, habrá distorsión, mien- tras tenga una idea de “lo que debería ser” en oposición a “lo que es”, surgirá la dualidad, el conflicto, la contradicción y, en consecuencia, la mente estará atormentada, distorsionada, pervertida. Tan sólo existe una cosa, aquello que es, “lo que es”, nada más; y si uno pone todo su interés en “lo que es”, elimina cualquier forma de dualidad, por tanto, deja de haber conflicto y la mente deja de estar atormentada. Así pues, me- ditación implica una mente que realmente ve “lo que es”, sin interpretar, sin traducir, sin desear que sea distinto o tan sólo aceptando; y la mente sólo puede hacer eso cuando el obser- vador deja de existir. Por favor, es importante comprender eso. La mayoría de nosotros tenemos miedo, estamos temerosos, y el observa- dor es quien desea liberarse del miedo, el observador es la entidad que reconoce el nuevo miedo y lo interpreta basán- dose en los viejos miedos que conoció y almacenó en el pa- sado, de los cuales escapó. De manera que mientras exista el “observador” y lo observado tiene que haber dualidad y, por consiguiente, conflicto; la mente seguirá distorsionada, y ese es uno de los estados más complejos, debemos comprender- lo. Siempre que exista un observador surgirá el conflicto de EL ARTE DE VIVIR 85 la dualidad, por tanto, ¿es posible trascender al observador, siendo el “observador” toda la acumulación del pasado, el “yo”, el ego, el pensamiento que surge de esa acumulación del pasado? Así pues, meditar es comprender toda la maqui- naria del pensamiento. Espero que a medida que el orador lo vaya exponiendo en palabras, estén escuchándolo y obser- vándolo con la máxima claridad para ver si es posible termi- nar todo conflicto, a fin de que la mente esté en completa paz, no simplemente satisfecha; la satisfacción sólo aparece cuan- do hay insatisfacción, lo cual es de nuevo un proceso dual. Cuando no hay observador, cuando únicamente hay observa- ción y, por consiguiente, no hay conflicto, tan sólo entonces puede haber paz completa; de lo contrario, si hay un observa- dor hay violencia, agresividad, crueldad, guerras, y todas las consecuencias que vemos en la vida moderna, Así que medi- tación significa comprender el pensamiento y descubrir por sí mismo si puede dejar de interferir, porque sólo cuando la mente está en silencio puede ver “lo que es” sin ninguna dis- torsión, hipocresía ni autoengaño. La libertad interior, capítulo 9 EL OBSERVADOR DICE: « DEBO LIBERARME DE LA VIOLENCIA» Cuando miramos, igual que un fragmento mira a otro frag- mento, ese fragmento asume la autoridad y genera contradic- ción, en consecuencia, conflicto; pero si podemos mirar sin ningún fragmento, sin observador, veremos la totalidad, ¿es- 86 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO tán siguiendo todo esto? Si es así, señores, ¡háganlo! Porque en ese caso verán que sucede algo extraordinario, no tendrán ninguna clase de conflicto. El conflicto es lo que somos, vi- vimos con el conflicto, estamos en conflicto y contradicción permanente, en casa, en la oficina y mientras dormimos. Así pues, hasta que no comprendamos la raíz de esta con- tradicción en nosotros mismos, no de acuerdo con el orador ni con nadie, es imposible tener una vida de paz, felicidad y dicha. De manera que es esencial comprender la causa, la raíz del conflicto y, por tanto, de la contradicción. La raíz es la di- visión entre el observador y lo observado, el observador di- ciendo: «Debo librarme de la violencia», o «estoy viviendo sin violencia», cuando de hecho el observador es la violen- cía, y lo que diga es un pretexto, una hipocresía; por consi- guiente, es sumamente importante descubrir la causa de esa división. Más allá de la violencia, | capítulo 1 LA IRA: LO PARTICULAR Y EL TODO INTERLOCUTOR: Pero... ¿qué le sucede a la parte, al enojo? KRISHNAMURTI: Cuando se da cuenta del enojo con todo su ser, si lo hace, ¿existe el enojo? La inatención es el enojo, no la atención. De manera que estar atento con todo su ser impli- ca ver la totalidad, y la inatención significa ver sólo una par- te. Todo el problema consiste en darse cuenta de la totalidad, de la parte, y de la relación entre ambas. Generalmente sepa- EL ARTE DB VIVIR 37 ramos la parte del resto y tratamos de resolver esa parte, por eso el conflicto aumenta y no encontramos solución. I: Entonces, cuando dice que sólo vemos una parte, como puede ser el enojo, ¿quiere decir que únicamente miramos con un fragmento de nuestro ser? K: Si mira la parte con un fragmento de su ser, la división en- tre esa parte y el fragmento que la mira se amplía y, por con- siguiente, el conflicto aumenta; pero cuando no hay división, no hay conflicto. I: ¿Quiere decir que no existe división entre el enojo y yo cuando lo observo con todo mi ser? K: Así es. ¿Está realmente haciéndolo ahora o está tan sólo siguiendo las palabras? ¿Qué está sucediendo exactamente? Eso es más importante que su problema. 1: ¿Me pregunta qué sucede en realidad? Estoy tratando sim- plemente de comprenderle a usted. K: ¿Está tratando de comprenderme a mí o está viendo la ver- dad de lo que estamos hablando, lo cual es independiente de mí? Si realmente ve la verdad de lo que estamos diciendo, en- tonces usted es su propio gurú y su propio discípulo, lo cual significa que se comprende a sí mismo; está comprensión no es posible aprenderla de otra persona. Despertar a la vida. La urgencia de un cambio psicológico Véase «La totalidad» 88 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO ¡EL OBSERVADOR ES LA VIOLENCIA! El primer requisito, el primer reto es observar “lo que es”, y eso implica conocernos a nosotros mismos tal como somos, no como nos gustaría ser, lo cual sólo es un juego infantil, un esfuerzo inútil que no tiene ningún sentido, sino mirar la vio- lencia, observarla. ¿Es posible observar la violencia? ¿Cómo lo hace? Esta es una cuestión realmente difícil porque hay ciertos factores que debemos comprender con mucha clari- dad. En primer lugar, debemos observar sin identificación, sin palabra, sin espacio entre el observador y lo observado; debemos mirar sin ninguna imagen, sin pensamiento, de ma- nera que veamos las cosas tal como realmente son; lo cual es muy importante porque si no sabemos mirar, si no sabemos observar lo que somos, inevitablemente generaremos con- flicto entre lo que vemos y la entidad que ve. Espero que haya quedado bastante claro. Se trata de ob- servar la violencia en mi forma de hablar, en mis gestos y pensamientos, en mis actividades diarias, tanto en casa como en la oficina. Ahora bien, tan sólo puedo observar que soy violento si no trato de escapar o eludir la violencia, aunque inevitablemente me escaparé si busco refugio en algún ideal que dice que no debo ser violento, pero ese ideal no tiene nin- gún valor. En el momento en que digo: «No debo ser violen- to», está el hecho de mi violencia y el ideal de lo que debería ser, es decir, el no ser violento, por consiguiente, hay conflic- to entre “lo que es” y “lo que debería ser”; para la mayoría, esa es nuestra vida. Así pues, si somos realmente serios, la vida sólo es para aquellos que son serios, es importante observar la naturale- za y la estructura de la violencia en nosotros mismos, y des- cubrir por qué somos violentos a pesar de que el hecho de EL ARTE DE VIVR 89 descubrir la causa de la violencia no la elimina, ni tampoco lo hace el análisis por muy hábil y muy sutil que sea; ni la eliminará el pensar en la no violencia. “Violencia” sólo es una palabra, y hablar de la violencia, sin duda, no es el he- cho real. Por favor, ¡sigan esto! Seguramente no están ha- bituados a esta clase de observación o investigación, puede que prefieran dejarlo en manos de los expertos y limitarse a seguirlos a ciegas, estableciendo así una autoridad, lo cual tiene consecuencias terribles. Sin embargo, si desean libe- rarse de la violencia que está profundamente arraigada, pri- mero deben aprender de sí mismos, y sólo pueden aprender si se observan, no de acuerdo con Jung, Freud o cualquier otro especialista, porque entonces estarán aprendiendo me- ramente lo que otros han dicho, y eso no es aprender, Si de verdad quieren aprender de sí mismos deben observar y descartar toda autoridad de los demás, por muy reconfor- tante que sea. Esa observación es muy compleja, presenta muchas di- ficultades. Ante todo, ¿es el observador diferente de lo ob- servado? Me doy cuenta de que soy violento, no sólo de forma superficial, en lo consciente, sino a mucha más pro- fundidad, todo mi ser es violento, puedo verlo cuando ha- blo, cuando camino, en mis gestos y en mi ambición de éxi- to. Especialmente en este país se magnifica el éxito, uno debe tener éxito a cualquier precio, no obstante, el éxito conlleva muchísima violencia, agresividad y crueldad. De modo que me doy cuenta de que soy violento, pero ¿es esa entidad que observa diferente de la violencia, está separada de lo que observa? | Por favor, ¡háganlo a medida que lo explica quien les ha- bla! Si me permiten sugerirlo, no se limiten a escuchar mis palabras porque las palabras no tienen importancia, lo impor- tante es ver si la mente puede o no liberarse para siempre de 90 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO este terrible cáncer llamado violencia. Cuando tomo cons- ciencia de la violencia, ¿es el observador, el que se da cuen- ta, diferente de lo que ve, de lo observado, o el observador y lo observado son lo mismo? ¿Lo entienden? ¿Es el obser- vador que dice «Soy violento» diferente de la violencia en sí misma? Por supuesto que no es diferente, por tanto, ¿qué sucede? ¡Tengan la bondad de prestar atención si les intere- sa! ¿Qué sucede cuando el observador se da cuenta de que él mismo es la violencia que está observando? ¿Qué deben ha- cer para liberarse de esa violencia? Espero que comprendan la complejidad de este problema y que estemos comunicán- donos unos con otros. Por favor, no estoy intentando analizarlos, lo cual es un asunto muy distinto y no tiene nada que ver con lo que esta- mos hablando, de modo que ¡vayamos paso a paso! Cuando el observador descubre por sí mismo que él es lo observado, que él es la violencia, que la violencia no es algo separado de él mismo ni puede cambiarla o controlarla, en ese momen- to la división entre el observador y lo observado desapare- ce; por consiguiente, el observador elimina en un instante la causa del conflicto y la contradicción dentro de sí mismo. A pesar de eso, el hecho de la violencia permanece, mi natura- leza sigue siendo violenta, todo mi ser es violento, y es una tontería decir que una parte de mí es compasiva y afectuo- sa mientras que la otra parte es violenta. La violencia es di- visión, contradicción, conflicto, separación y falta de amor, pero ahora me he dado cuenta del hecho central, de que el ob- servador es lo observado y, por tanto, dejo de estar en con- flicto con lo observado. Yo soy el mundo y el mundo .es lo que soy, soy la co- munidad y la comunidad es lo que soy. De modo que para generar una transformación radical en la sociedad y en mí mismo, el observador debe experimentar un cambio tre- EL ARTE DE VIVIR 91 mendo, es decir, debe darse cuenta de que el observador y lo observado son uno. De ser así, ¿puede mi mente obser- var esa imagen que tengo de la violencia y también los inte- reses personales que me aporta esa violencia? Porque cual- quier imagen que tenga de mí mismo y de la violencia deben desaparecer, de manera que la mente esté libre para obser- var. Ahora bien, después de observar, el hecho sigue siendo que soy violento a pesar de decir que yo y la violencia-somos uno, entonces, ¿qué puedo hacer? Si observo que soy violen- to y veo con toda claridad que el observador es la violencia, en ese momento me doy cuenta de que no puedo hacer nada, porque cualquier acción, sea positiva O negativa, sigue sien- do parte de esa violencia. Presten atención, señores, vamos a exponerlo de forma di- ferente. Tenemos el enorme problema del egocentrismo, so- mos tremendamente egoístas y egocéntricos; por mucho que nos desvivamos ayudando a los demás, en lo más profun- do, en la raíz, en el núcleo, se trata de una actividad egocén- trica. Es como un árbol cuya raíz principal tiene mil raíces, y cualquier cosa que la mente haga o deje de hacer alimenta esa raíz, ¿lo estoy exponiendo con claridad? Estamos tratan- do con un problema muy complejo, así que, por favor, ten- gan presente lo que decíamos antes, que la descripción nunca es lo descrito. Sabiendo eso, uno se da cuenta de la necesidad de contactar directamente con el hecho de esta actividad ego- céntrica siempre tan activa en nuestro interior, la cual ejerce un movimiento de separación, de aislamiento, de división, de fragmentación, y cualquier cosa que uno haga es parte de esa actividad. No obstante, aunque uno se pregunte si existe una clase de acción diferente, el hecho mismo de hacer esa pre- gunta sigue siendo parte de esa fragmentación. Ante esa situación, uno entiende que debe observar la vio- lencia en completo silencio. [Pausa] ¿Estoy transmitiéndoles 92 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO algo? [Asentimiento] Por favor, ¡no asientan, señores! No se trata de estar o no estar conformes, sino de percepción; quien les habla no es importante, lo importante es descubrir por sí mismo estas cosas, de tal forma que sean libres y no personas de segunda categoría. Deben observar para descubrir, descu- brir si es o no posible que toda la mente esté libre por com- pleto de violencia, de orgullo y arrogancia; en consecuencia, una cualidad de la mente enteramente distinta. Conversaciones con estudiantes, 1.* charla, Claremont Colleges, California, $ de noviembre de 1968 LA PAZ PROVIENE DEL CORAZÓN, NO DE LA MENTE Hemos estado examinando los diversos factores que gene- ran deterioro en muestras vidas, en nuestras actividades, en nuestros pensamientos, y hemos visto que el conflicto es uno de los principales factores de este deterioro, pero la paz tal como la entendemos, ¿no es también un factor destruc- tivo? ¿Puede la mente traer paz? Si creamos la paz por me- dio de la mente, ¿no conduce eso también a la corrupción y el deterioro? Si no estamos muy alertas y atentos, esa pala- bra “paz” se convierte en una estrecha ventana a través de la cual miramos y tratamos de comprender el mundo. A tra- vés de una ventana estrecha, sólo se puede ver parte del cie- lo y no toda su inmensidad, su grandeza. No es posible con- seguir la paz simplemente deseándola, lo cual es, sin duda, un proceso mental. Es posible que no resulte fácil entenderlo, por eso trataré EL ARTE DE VIVIR 93 de exponerlo tan sencilla y claramente como pueda. Si llega- mos a comprender lo que significa ser pacíficos, tal vez com- prendamos el verdadero significado del amor. Creemos que la paz se logra mediante la mente, la razón, pero ¿es así? ¿Puede surgir la paz del intento de aquietar, controlar y dominar el pensamiento? Todos queremos paz, pero para la mayoría la paz significa que nos dejen tranqui- los, que nadie nos moleste ni interfiera en nuestros asuntos; en consecuencia, levantamos un muro de ideas alrededor de nuestra mente. Es muy tmportante que lo comprendan, porque a medi- da que vayan haciéndose mayores deberán afrontar los pro- blemas de la guerra y de la paz. ¿Es la paz algo que la men- te pueda conseguir, atrapar y controlar? Lo que la mayoría llamamos paz es un proceso de estancamiento, un lento de- terioro. Creemos que encontraremos paz si nos aferramos a una serie de ideas, si levantamos en nuestro interior un muro de seguridad, de protección, un muro de hábitos y creencias; creemos que la paz es el resultado de desarrollar un principio, de cultivar una tendencia, una fantasía o cierto deseo concre- to. Queremos vivir sin que nos molesten, de modo que bus- camos algún rincón en el universo o dentro de nuestro ser, donde nos refugiamos y vivimos en la oscuridad de nues- tra propia prisión. Eso es exactamente lo que la mayoría bus- camos en nuestra relación con nuestro esposo, esposa, con nuestros padres, amigos; inconscientemente queremos paz a cualquier precio, por eso la perseguimos. Ahora bien, ¿puede la mente encontrar la paz? ¿No es la mente la fuente misma de perturbación? De hecho, la men- te sólo puede recolectar, acumular, negar, afirmar, recordar y perseguir; sin embargo, la paz es absolutamente necesaria, porque sin paz no podemos vivir de forma creativa. Enton- ces, ¿lograremos paz por medio de los esfuerzos, las renun- 94 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO cias, los sacrificios de la mente? ¿Entienden lo que estoy di- ciendo? De jóvenes solemos sentirnos descontentos, pero a medi- da que nos hacemos mayores, a menos que seamos muy ob- servadores y muy inteligentes, canalizamos ese desconten- to hacia alguna resignación pacífica ante la vida. La mente busca sin cesar aislarse en un hábito, en una creencia o en un deseo, en un lugar donde vivir y estar en paz con el mundo. Pero la mente no puede encontrar esa paz porque sólo piensa en términos de tiempo, del pasado, del presente y del futuro, lo que ha sido, lo que es y lo que será; constantemente está condenando, juzgando, sopesando, comparando, persiguien- do sus propias vanidades, sus propios hábitos, sus creencias. Una mente así jamás puede estar en paz, puede engañarse a sí misma pensando que tiene cierto estado al que llama “paz”, pero eso no es paz. La mente puede autohipnotizarse repi- tiendo palabras y frases, siguiendo a alguien, acumulando co- nocimientos, pero eso no es paz porque la mente en sí mis- ma es el origen de la perturbación, su propia naturaleza es la esencia del tiempo; por eso, la mente con la que pensamos, con la que calculamos, con la que inventamos y compara- mos, es incapaz de encontrar la paz. La paz no es el resultado de la razón, sin embargo, si lo observan, comprobarán que las religiones organizadas promueven la búsqueda de paz por medio de la mente. La verdadera paz es tan creativa y pura como destructiva es la guerra, y para encontrar esa paz uno debe comprender la be- lleza. Por eso mientras son jóvenes es importante que se ro- deen de belleza: la belleza de unos edificios bien proporcio- nados, la belleza que surge de la limpieza, la belleza de una conversación pausada con personas mayores. Conocerán el amor cuando comprendan la belleza, porque comprender la belleza implica la paz del corazón. EL ARTE DE VIVIR 95 La paz nace del corazón, no de la mente, y para conocer esa paz debemos comprender la belleza. La forma de hablar, las palabras que empleamos, los gestos que hacemos, todas ellas tienen mucha importancia, porque a través de estas co- sas uno descubre el refinamiento del propio corazón. La be- lleza no puede definirse, no puede ponerse en palabras, sólo es posible comprenderla cuando la mente está en silencio. Por consiguiente, mientras son jóvenes y sensibles, uste- des y también aquellos que son responsables de ustedes, de- ben crear un ambiente de belleza: la manera de vestir, de ca- minar, de sentarse o de comer, todas estas cosas y el entorno son muy importantes. A medida que crezcan se encontrarán con las cosas feas de la vida, con edificios feos, con personas feas llenas de malicia, de envidia, ambición y crueldad; y si en su corazón no está bien asentada y establecida la percep- ción de la belleza, fácilmente serán arrastrados por la enor- me corriente del mundo y quedarán atrapados en esa inter- minable lucha para encontrar la paz a través de la mente. La mente proyecta una idea de la paz y se afana en conseguirla, y de ese modo queda atrapada en una red de palabras, fanta- sías e ilusiones. | La paz sólo es posible cuando hay amor. La paz que se obtiene como consecuencia de la seguridad económica o por otras vías, como los dogmas, los rituales y la repetición de ciertas palabras, no tiene ninguna creatividad, ni la urgencia de generar una revolución radical en el mundo; esa paz tan sólo conduce a la satisfacción y a la resignación. Pero si uno comprende realmente el amor y la belleza, entonces surgirá esa paz que no es una simple proyección de la mente; esa paz creativa elimina la confusión y pone orden interno. Por tan- to, dicha paz no es el resultado de ningún esfuerzo por con- seguirla, llega cuando uno está en constante atención, cuan- do es sensible tanto a lo feo como a lo hermoso, a lo bueno 96 VIVIR EN UN MUNDO SiN SENTIDO como a lo malo, a todas las fluctuaciones de la vida. No se trata de una paz mezquina creada por la mente, sino que tiene una grandeza inmensa, un espacio infinito, y tan sólo es posi- bie comprenderla cuando hay plenitud en el corazón. El arte de vivir, capítulo XVII INTERLOCUTOR: ¿Sería tan amable de explicar esa idea de que uno debe morir cada día, o de que debe vivir las cuatro esta- ciones en un solo día? KRISHNAMURTI: ¿No es Importante que exista una renovación, un renacer constante? $1 el presente arrastra la carga de la ex- periencia de ayer, no puede haber renovación. La renovación no es el movimiento de nacer y morir, está más allá de los opuestos; únicamente la libertad de lo acumulado en la me- moria trae renovación. Tan sólo puede haber comprensión en el presente, pero la mente no puede comprender el presente s1 compara, si juzga, porque el deseo de modificar o conde- nar el presente sin comprenderlo da continuidad al pasado. La renovación únicamente es posible cuando, sin distorsión alguna, se comprende el pasado que se refleja en el espejo del presente. | Llamamos conocimiento a lọ acumulado en la memoria, y con esa carga, con las cicatrices de la experiencia, el pen- samiento interpreta siempre el presente, dando continuidad a sus propias cicatrices y condicionamiento. Esta continui- dad nos ata al tiempo y, por tanto, impide el renacer, la reno- vación, Si han vivido plenamente una experiencia, completa- EL ARTE DE VIVIR 97 mente, ¿han advertido que no deja ningún residuo? Sólo las experiencias incompletas dejan residuos y dan continuidad a la propia identificación con la memoria, utilizando el presen- te como medio para lograr un fin, y de ese modo el presente pierde su inmenso significado. El presente es lo eterno, pero ¿cómo puede una mente que es un producto, una creación del tiempo, comprender algo que no es una acumulación, algo que está más allá de cualquier valor, algo que es eterno? A medida que cada experiencia aflore, vívala tan plena y hondamente como sea posible, examínela, investíguela en toda su amplitud y profundidad, dese cuenta del dolor y el placer que contiene, de las opiniones e identificaciones; sólo cuando la experiencia es completa hay renovación. Debe- mos ser capaces de vivir las cuatro estaciones en un mismo día, observar detenidamente, experimentar, comprender y li- berarnos de las acumulaciones diarias. Al terminar cada día debemos vaciar la mente-corazón de los placeres y dolores acumulados. Tanto consciente como inconscientemente acu- mulamos y es relativamente fácil descartar la acumulación consciente, pero resulta más difícil para el pensamiento libe- rarse de las acumulaciones inconscientes, del pasado, de las experiencias incompletas y de sus recuerdos repetitivos. El pensamiento-sentimiento se aferra con mucha fuerza a lo que acumula, porque tiene miedo de sentirse inseguro. Meditación es renovación, es morir cada día al pasado, es una percepción pasiva e intensa, es el fuego que elimina el deseo de continuidad, de llegar a ser. Mientras la mente-co- razón se proteja a sí misma habrá continuidad, y no renova- ción; sólo cuando la mente deja de crear hay creación. Obras completas, tomo IV, 7.? charla Ojai, California, 8 de julio de 1945 98 VIVIR EN UN MUNDO SEN SENTIDO INTERLOCUTOR: Cuando la semana pasada sugirió que uno debe retirarse del mundo al aproxtmarse a los cuarenta y cin- co años, ¿lo decía en serio? KRISHNAMURTI: Lo dije en serio. Casi todos nosotros, hasta que la muerte nos sorprende, estamos tan atrapados en lo munda- no que no tenemos tiempo de investigar con profundidad, de descubrir lo real. Para poder retirarse del mundo se necesita cambiar por completo los sistemas educativos y económicos, ¿No es cierto? De otro modo, si se retira no estará preparado, se sentirá perdido y solo, no sabrá qué hacer consigo mismo, no sabrá pensar. Probablemente creará nuevos grupos, nuevas Organizaciones con nuevas creencias, nuevos símbolos o eti- quetas, y una vez más estará externamente activo, haciendo re- formas que necesitarán nuevas reformas; pero yo no me refe- ría a eso. Para retirarse del mundo uno debe estar preparado, debe tener un trabajo adecuado, crear el entorno propicio, esta- blecer un Estado justo, una verdadera educación, etcétera. Si tiene esa preparación, entonces retirarse de lo mundano a la edad que sea, es una secuencia natural, no extraña; se retira para entrar en el fluir de un darse cuenta puro y profundo; se retira no para aislarse, sino para descubrir lo real, para unifi- car esa sociedad y ese Estado tan conflictivos. Todo lo cual implica una clase de educación muy diferente, un cambio traumático en el actual orden social y económico. Ese grupo de personas estaría completamente desvinculado de la auto- ridad, de la política, de todas las causas que desencadenan la guerra y el antagonismo entre los seres humanos. Una piedra puede cambiar el curso de un río; del mismo modo, un redu- cido número de personas puede cambiar el curso de la cultu- ra; sin duda ha sucedido así con las grandes cosas. La mayoría seguramente dirán que no pueden retirarse EL ARTE DE VIVIR 99 aunque quieran, por supuesto que no todos pueden hacerlo, pero algunos sí pueden; vivir solo o en un pequeño grupo re- quiere mucha inteligencia. Ahora bien, si realmente creyeran que vale la pena empezarían, no como un acto maravilloso de renuncia, sino como algo natural e inteligente que todo hom- bre reflexivo y serio debe hacer. ¡Qué importante sería que hubiera al menos unos cuantos que no pertenecieran a ningu- na agrupación, raza, sociedad o religión especializada! Ellos crearían la verdadera hermandad del hombre porque estarían buscando la verdad. Para estar libre de las riquezas externas es necesario darse cuenta de la pobreza interna, la cual apor- ta riquezas incalculables. Unas pocas personas que estén des- piertas pueden cambiar el curso de la cultura, esas personas no son unos desconocidos, sino que somos usted y yo. Obras completas, tomo III, 5.* charla Ojai, California, iI de junio de 1944 7. MÁS ALLÁ DE LA VIOLENCIA. LA PAZ, EL AMOR INTERLOCUTOR: Me siento lleno de odio, ¿sería tan amable de enseñarme a amar? KRISHNAMURTI: Nadie puede enseñarle a amar; sí fuera posible enseñar a la gente a amar el problema del mundo sería muy fá- cil de solucionar, ¿no le parece? Si pudiéramos aprender de un libro cómo amar igual que aprendemos matemáticas, el mun- do sería algo maravilloso, no habría odio, explotación, guerras, ni división entre ricos y pobres, todos seríamos realmente afec- tuosos los unos con los otros. Sin embargo, el amor no se con- sigue tan fácil; lo fácil es odiar, y el odio finalmente agrupa a las personas en costumbres, crea toda clase de fantasías, propi- cia diferentes clases de cooperación como puede ser la guerra. Así pues, el amor es mucho más difícil, y no es posible aprender a amar, lo que puede hacer es observar el odio y suavemente eliminarlo; no intente luchar contra el odio, no diga que es terrible odiar a las personas, más bien observe qué es el odio y permita que lentamente se extinga. No le dé importancia, no la tiene, lo importante es no dejar que el odio arralgue en la mente, ¿entiende? Nuestra mente es como la tierra fértil, si a cualquier problema que llega le damos espa- cio echará raíces igual que la mala hierba, y después tendre- mos el trabajo de arrancarla. Pero si no le damos el espacio suficiente para que arralgue, entonces el problema no podrá 102 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO crecer y se marchitará; si por el contrario lo alimentamos, si le damos espacio para que eche raíces, para que crezca, para que madure, el odio se convertirá en un problema enorme. No obstante, si cada vez que surge lo deja pasar, descubrirá que la mente se vuelve, no sentimental, sino muy sensible y, en consecuencia, conocerá el amor. La mente puede perseguir sensaciones y deseos, pero no puede perseguir el amor, porque es el amor el que llega a la mente, Una vez que el amor está ahí, no existe ninguna di- visión entre lo sensual y lo divino, sólo hay amor. Esa es la grandeza del amor, porque es la única cualidad que trae la comprensión completa de la totalidad de la existencia. El propósito de la educación, capítulo 8 FR De manera que, una vez más, si mientras el orador habla- ba han estado mirando ese cielo con todo su ser, si lo han es- tado haciendo ahora, el acto mismo de mirar tiene su propia disciplina y, por consiguiente, su propia virtud y su propio or- den. En ese momento, la mente alcanza el punto máximo del orden absoluto y, por ese motivo, debido a que está en com- pleto orden, la mente en sí misma se convierte en lo sagra- do. No sé si lo comprenden. Cuando aman el árbol, al pájaro, la luz sobre el agua, cuando aman a su vecino, a su esposa o a su esposo sin celos, con ese amor que el odio nunca ha to- cado, cuando existe ese amor, eso es lo sagrado; nada puede ser más sagrado. Así pues, existe ese algo sagrado que no pertenece a las cosas que el hombre ha creado, sino que se manifiesta cuan- MÁS ALLÁ DE LA VIOLENCIA 103 do el hombre se libera por completo del pasado, que es la memoria. Lo cual no significa que el hombre se vuelva un desmemoriado, debe conservar la memoria para cosas con- cretas, pero esa memoria viene a formar parte de ese estado total que no tiene relación alguna con el pasado. Este termi- nar con el pasado sólo llega cuando uno ve las cosas tal como son, cuando entra en contacto directo con ellas, al igual que sucede con una maravillosa puesta de Sol. Entonces, de ese orden, de esa disciplina, de esa virtud, nace el amor. El amor es enormemente apasionado y, por tanto, actúa de inmediato, en el amor no hay ningún intervalo entre ver y hacer. Cuando uno posee ese amor puede apartar todos los libros sagrados, todos los dioses; para descubrir ese amor uno debe olvidarse de los libros sagrados, de los dioses y de las ambi- ciones cotidianas. Ese amor es lo único sagrado, y para des- cubrirlo tiene que florecer la bondad, ¿entienden, señores? La bondad sólo puede florecer en la libertad, no en la tradi- ción. El mundo necesita un cambio, es necesario que se pro- duzca una verdadera revolución en uno mismo, y el mundo necesita esa verdadera revolución. No se trata de la revolu- ción económica, de la comunista, de la revolución sangrien- ta que el hombre ha practicado a lo largo de la historia y que sólo ha traído más desdicha. Lo que se necesita es una revo- tución fundamental, una revolución psicológica, y esa revo- lución traerá orden, y ese orden es paz. Ese orden con su vir- tud y su paz únicamente surge cuando estamos en contacto directo con el desorden de nuestra vida diaria; de ese contac- to aflora la bondad, y en ese momento termina toda búsque- da, porque “lo que es” es lo sagrado. | El despertar de la inteligencia «La raíz del conflicto» Madrás, La India 14 de enero de 1968 8. ¿ES POSIBLE DESPERTAR LA PERCEPCIÓN INTERNA EN OTRO? KRISHNAMURTI: Estuvimos hablando de lo que significa para el cerebro la quietud completa. Cuando un ser humano ha es- tado siguiendo el camino del llegar a ser, si ha pasado por todo eso, si siente esa sensación de vacío, de silencio, de energía, si ese hombre prácticamente lo ha abandonado todo y si ha llegado a cierto punto, a la «base», ¿cómo afecta esa percepción interna a su vida diaria? ¿Qué relación tiene con la sociedad? ¿Cómo actúa frente a la guerra, frente al mundo entero, un mundo que, de hecho, está viviendo y luchando en tinieblas? ¿Cuál es su acción? Creo, tal como acordamos el otro día, que es una acción sin movimiento. Davip Bomm: Sí, estuvimos diciendo que la «base» era un movimiento sin división. K: Sin división, exacto. DB: En cierto sentido parece insólito hablar de no movimien- to, cuando usted dice que la “base” es un movimiento. K: Sí, la «base» es movimiento. ¿Cree que un hombre medio, culto, sofisticado, con todas sus actividades problemáticas, está en constante movimiento? 106 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO DB: Bueno, cierta clase de movimiento. K: Un movimiento en el tiempo. DB: Sí. K: Un movimiento en el devenir. Sin embargo, estamos ha- blando de un hombre que ha recorrido ese camino, si me per- mite usar esta palabra, y ha llegado a ese punto, desde allí, ¿cuál es su acción? Hemos dicho, de momento, que es la no acción, el no movimiento; ahora bien, ¿qué significa eso? DB: Tal como usted mismo dijo significa no intervenir en ese proceso del devenir. K: Por supuesto, eso es obvio. 51 no interviene en ese proce- so, ¿qué papel desempeña uno? ¿Es un papel que implica una no acción completa? DB: No está claro por qué lo llama no acción, podemos con- siderarla como una acción diferente, que no forme parte del proceso del devenir. K: No es el devenir. DB: Pero sigue siendo acción. K: Ese hombre tiene que seguir viviendo en el mundo. DB: En cierto sentido, cualquier cosa que uno haga es ac- ción; sin embargo, la acción de ese hombre no estaría orienta- da hacia un proceso ilusorio, no formaría parte de ese proce- so, sino que estaría enfocada hacia aquello que yace más allá ¿Es POSIBLE DESPERTAR LA PERCEPCIÓN INTERNA EN OTRO? 107 del proceso ilusorio; tal vez, su interés sería considerar ese camino equivocado que la «base» está constantemente seña- lando, ¿está de acuerdo? K: Sí, de acuerdo. Como sabe, diversas religiones han habla- do del hombre que se ha salvado, que está iluminado, que ha alcanzado lo que sea. Lo han descrito con mucha claridad, especialmente en los libros religiosos hindúes: cómo camina, cómo mira, cómo habla, la condición total de su ser; aunque creo que es simplemente una descripción poética que... DB: ¿Considera que son imaginaciones? K: En gran parte lo son. He tratado esta cuestión con algu- nas personas, y dicen que no es así, que no es imaginación. Alguien que lo afirma debe saber perfectamente de que se trata. DB: Pero... ¿cómo puede saberlo? Eso no está claro. K: En cualquier caso, ¿cómo puede un hombre así vivir en este mundo? Si uno lo investiga a fondo, esa es una pregunta muy interesante. Hay un estado de no movimiento, es decir, de ese no movimiento del que ya hemos hablado. DB: Aun así, no queda claro a qué se refiere exactamente por no movimiento. K: Al hablar de eso, ¡a uno le sale lo poético, aunque es- toy tratando de evitarlo!, a pesar de que sería lo justo, inclu- so poéticamente. Es como un árbol solitario en medio de un campo, sólo está ese árbol, no importa el nombre que tenga, ahí está. ap 108 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO DB: Pero ¿por qué habla de “no movimiento”? K: Porque está inmóvil. DB: Por supuesto, el árbol está inmóvil. K: El árbol es algo vivo y en movimiento, pero no me refie- ro.a eso. | | DB: En cierto sentido el árbol se mueve, pero en relación con el campo está inmóvil. Al menos esa es la impresión que uno tiene, K: Mire, si alguien viene a verle porque usted ha recorri- do el camino de principio a fin, y ahora que ha llegado al fi- nal del camino tiene esa clase de movimiento totalmente dis- tinto, ese movimiento sin tiempo, está viviendo con eso, y le pregunta: «¿Cuál es ese estado de la mente? ¿Cuál es el esta- do de su mente que ha recorrido ese camino y ha terminado con ello, que ha salido totalmente de las tinieblas?». DB: Si dice que es un no movimiento ¿está dando a entender que es constante? K: Debe serlo... Pero... ¿qué entiende por constante? ¿Invariable? DB: No, no es eso. K: ¿Se refiere a que es... ? I: ¿...estático? ¿ES POSIBLE DESPERTAR LA PERCEPCIÓN INTERNA EN OTRO? 109 K: ¡Ah, no! DB: Que se mantiene inamovible, inalterable como un todo; ese es, en realidad, el significado literal de esa palabra. K: ¿Es así? DB: Esa es la impresión que uno tiene también del árbol, esa imagen que sugiere el árbol en medio del campo. K: Sí, ya lo sé; aunque es algo muy romántico y poético, re- sulta engañoso; es una imagen hermosa, pero mejor dejarla ahí. Y bien, ¿qué es esa mente? ¿Qué cualidad tiene esa men- te que empezando desde el principio ha buscado llegar a ser, y después de pasar por todo ese camino de oscuridad lo ha trascendido? Esa mente tiene que ser diferente por completo; por tanto, ¿qué hace o deja de hacer esa mente en un mundo inmerso en la oscuridad? DB: Sin lugar a dudas, esa mente no hace nada; no participa en el movimiento de ese mundo. K: Exacto. DB: Y, en cierto sentido, decimos que es constante, no está fija, pero no se mueve. K: ¿Es estática? DB: No, no es estática; es constante y, en cierto sentido, tam- bién es movimiento; es una constante que no es meramente estática, sino que, al mismo tiempo, es también movimiento. 110 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO K: Decíamos que ese movimiento no era el movimiento del devenir. DB: Sí, es el movimiento de la «base», un movimiento com- pletamente libre. K: Entonces, ¿qué le ha sucedido a esa mente? Investiguemos un poco más. No tiene ninguna ansiedad ni ningún temor. Como sabe, las palabras “compasión” y “amor” están más allá de eso, ¿no es cierto? DB: Pero pueden surgir de esa «base». K: La mente al no ser nada, al no ser ninguna cosa, está vacía de conocimientos, en consecuencia, ¿actuará siempre desde la luz de esa percepción directa? DB: Estará impregnada, aunque no siempre, de esa cualidad de la percepción directa. K: Sí, a eso me refiero. DB: De acuerdo, pero la palabra “siempre” introduce el tiem- po, ¿entiende? K: Eliminemos esa palabra. DB: Yo diría, «constantemente». K: Sí, «constantemente»; utilicemos la palabra “constante”. DB: Es algo más acertada, aunque no lo bastante precisa. ¿ES POSIBLE DESPERTAR LA PERCEPCIÓN INTERNA EN OTRO? 111 K: Sí, vamos a utilizar esa palabra. La mente actúa constan- temente desde esa luz, desde el destello de esa percepción interna. Creo que así está mejor expresado. Entonces, ¿qué efecto tiene eso en la vida cotidiana? ¿Cómo se ¿Bana uno el sustento? DB: Sin duda, esa sería otra cuestión, uno tendría que encon- trar la manera de subsistir. | K: Subsistir; por eso lo digo, porque a medida que la civiliza- ción progresa se prohíbe la mendicidad. DB: Se la considera un delito, pero uno tiene que encontrar la manera de subsistir. K: Por consiguiente, ¿qué hará ese hombre? No tiene ningu- na profesión, ninguna habilidad, ningún dinero con el que comprar. DB: Bien, ¿tendría esa mente la posibilidad de ganar lo sufi- ciente para cubrir sus necesidades de subsistencia? K: ¿Cómo dice? DB: Pero ¿por qué no tiene ese hombre ninguna habilidad que le permita ganarse la vida? K: ¿Por qué debería tener una habilidad? ¿Por qué uno debe tener ciertas habilidades para ganarse la subsistencia? Si dice que se necesita una habilidad, otra persona puede decir: «¿Por qué debería tener alguna habilidad”?». Sólo lo estoy ex- poniendo, investigando. 112 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO DB: Supongamos que tuviera que cuidar de sí mismo, necesi- taría cierta habilidad; si viviera solo en una cueva... K: ¡Ah, no quiero vivir en una cueva! DB: Ya lo sé; pero esa supuesta persona tiene que vivir en al- gún lugar, necesita alguna habilidad para conseguir la comi- da que precisa. Mire, si todo el mundo dijera que no necesita tener cierta habilidad, la raza humana desaparecería. K: No estoy tan seguro. DB: Bien, ¿qué sucedería, entonces? K: Eso trato de ver. Como decíamos, habilidad implica cono- cimiento; del conocimiento surge la experiencia y gradual- mente uno desarrolla una habilidad, la cual le permite ganar- se la vida, ya sea de forma precaria o bien retribuida. Pero ese hombre dice: «Tal vez haya una manera diferente de vivir y de ganarse la vida». Estamos acostumbrados a cierto sistema, y él dice: «Mire, ese sistema puede ser un gran error». DB: Depende de lo que entendamos por habilidad. Suponga, por ejemplo, que ese hombre tiene que conducir un automó- vil, sin duda, eso requiere cierta habilidad. K: Claro. DB: ¿Puede conducir sin esa habilidad? K: Creo que debo investigar mejor la palabra “habilidad”. DB: Sí. Me refiero a que “habilidad” puede tener un signifi- ¿ES POSIBLE DESPERTAR LA PERCEPCIÓN INTERNA EN OTRO? 113 cado muy vulgar, como el de ser muy hábil en conseguir di- nero. K: Sin embargo, ese hombre no es avaricioso, no piensa en el dinero, no está atesorando para el futuro, no tiene nin- gún seguro, pero tiene que vivir. Cuando empleamos la pa- labra “habilidad” para referimos a saber conducir un auto- móvil.. DB:... o aser carpintero. Si todas esas habilidades desapare- cieran, la vida sería imposible. K: Se vendría todo abajo. DB: Exacto. K: No estoy del todo seguro. ¿Estamos diciendo que debe- mos negar esa clase de habilidad? DB: No creo que ese sea el significado. K: No, sería demasiado absurdo. DB: De ser así, entonces, la gente se volvería muy hábil en conseguir que otros le dieran dinero, ¿entiende? I: ¿No estamos haciendo ahora una división entre el vivir y la habilidad, entre la habilidad y el idad entre el vivir y el ganarse la vida? K: ¡Exacto! Aun así necesito comida, ropa y techo. I: Pero ¿es necesaria esa división? De la manera que está ac- 114 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO tualinente constituida la sociedad, existe esa división entre el vivir y el trabajar. K: Eso ya lo hemos tratado. Ahora estamos hablando de un hombre que ha pasado por todo esto y, al regresar al mundo, dice: «Aquí estoy». ¿Cuál es su relación con la sociedad y qué debe hacer? ¿Tiene alguna relación con la sociedad? DB: Bueno, no la tiene en un sentido profundo y verdadero, aunque sí existe cierta relación superficial que debe mante- ner. K: De acuerdo, tiene un contacto superficial con el mundo. DB: Tiene que obedecer las leyes, tiene que respetar las se- ñales de tráfico. K: Es evidente. Sin embargo, quiero averiguar qué debe ha- cer, ¿escribir? ¿Hablar? Eso significa cierta habilidad. DB: Es lógico pensar que esa clase de habilidad no sería ne- cesariamente perjudicial. K: Sólo estoy preguntando. . DB: Sería lo mismo que tener otras habilidades, como la car- pintería. | K: Sí, esa clase de habilidades, pero ¿qué debe hacer? Creo que debemos descubrir la cualidad de esa mente que desde el principio hasta el fin ha pasado por todo eso, por todo lo que hemos hablado en nuestros últimos diálogos, La mente de ese hombre es diferente por completo, sin embargo, vive ¿ES POSIBLE DESPERTAR LA PERCEPCIÓN INTERNA EN OTRO? 115 en el mundo, ¿cuál es su visión del mundo? Si usted llega hasta el final y luego regresa, es un ejemplo hipotético, y yo soy un hombre común que vive en este mundo, ¿qué relación tiene conmigo? Es evidente que ninguna, porque yo vivo en un mundo de oscuridad y usted no; la relación conmigo sólo puede darse si yo me salgo de ese mundo y termino con la oscuridad. DB: Sí. K: De no ser así, entonces no tendríamos relación. Lo mismo sucede ahora, hay una división entre usted y yo; le estoy mi- rando con unos ojos que están viviendo en la oscuridad y en la división, mientras que usted no; aun así, usted debe tener cierto contacto conmigo, por muy superficial o insignificante que sea; debe tener cierta relación conmigo. ¿Se basa esa re- lación en la compasión y no en algo que yo interpreto como compasión? Desde mi oscuridad no puedo valorar lo que es la compasión, ¿entiende? DB: Sí, es una consecuencia de lo anterior, K: Yo no sé lo que es su amor, ni lo que es su compasión, por- que mi ánico amor y compasión son diferentes; por consi- uiente, ¿qué relación tengo con usted? 8 ¿4 8 DB: ¿De quién estamos hablando ahora? ¡No tengo claro a ¿De q 8 quién nos estamos refiriendo! K: Usted, o «A», ha recorrido todo el camino y ha regresa- do. DB: Entonces, ¿por qué no lo ha hecho también «B»? 116 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO K: «B» no lo ha hecho, por eso pregunta: «¿Quién es usted? Su forma de ser y de ver la vida es tan diferente». Y bien, ¿qué relación tiene «B» con «A»? Esa es la pregunta, no qué relación tiene «A» con «B». No sé si estoy expresándome con claridad. DB: Sí, comprendo; ¿qué relación tiene «B» con «A»? K: Hasta ahora, nuestra pregunta había sido qué relación tie- ne «A» con «B», pero creo que estábamos formulando la pre- gunta al revés, Es decir, ¿cuál será la relación de «B» con «A»? Creo que «B» adorará, matará o ignorará a «A»; eso es lo que generalmente sucede, ¿no es cierto? DB: Así es. K: Si «B» adora a «A», entonces lo reduce todo a algo muy simple, lo convierte en un héroe mundial, pero eso no respon- de a mi pregunta. La pregunta no es sólo qué relación tiene «B>» con «A», sino también la relación de «A» con «B». Lo que «A» le pide a «B» es: «Mire, salga de la oscuridad, en la oscuridad no encontrará ninguna respuesta, salga de ahí». Da igual la expresión que utilicemos: «salga de ahí», «di- suélvala», «líbrese de ella», etcétera. La respuesta de «B» es: «Ayúdeme, muéstreme el camino», pero esa respuesta le re- tiene de nuevo en la oscuridad, ¿entiende? Por consiguiente, ¿qué relación tendrá «B» con «A»? | DB: No veo qué clase de relación puede tener «B», excep- to lo que usted ha dicho, adorarlo o hacer cualquiera de esas Cosas. K: Matar o ignorar a «A». LES POSIBLE DESPERTAR LA PERCEPCIÓN INTERNA EN OTRO? 117 DB: Pero en el caso de «A» actúa la compasión... K: Sí, «A» es eso; ni siquiera lo llamará compasión. DB: De acuerdo, pero nosotros decimos que eso es compa- sión. Sea como sea, «A» tratará de encontrar la manera de in- tervenir en la oscuridad de «B». K: ¡Espere! ¿Dice que la responsabilidad de «A» es interve- nir en esa oscuridad? DB: Descubrir cómo intervenir en la oscuridad. K: Ganándose la vida de esa manera. DB: Bien, es una posibilidad. K: No, estoy hablando en serio. DB: Depende de si la gente está dispuesta a pagarle por eso. K: No es ninguna broma, lo estoy diciendo en serio. DB: Es una posibilidad, K: Sin lugar a dudas, «A» es una persona sabia, está fuera de la sociedad, no tiene ninguna relación con el campo de la os- curidad, y a las personas que siguen atrapadas en la oscuridad les dice: «Salgan de ahí». ¿Qué hay de malo en eso? DB: No hay nada de malo en eso. K: Esa es su forma de ganarse la vida. 118 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO DB: Siempre que funcione está perfectamente bien. Sin em- bargo, si existieran muchas personas como «A», tendría que haber algún límite. K: No, señor; ¿qué sucedería si hubiera muchas personas como «A»? DB: Esa es una pregunta interesante. Creo que sucedería cier- ta clase de revolución. K: Justamente, de eso se trata. DB: Todo sufriría un cambio. K: Sí, en el caso de que existieran muchas personas así, no estarían divididas. Esa es toda la cuestión, ¿no cree? DB: Incluso, creo que si existieran diez o quince personas que no estuvieran divididas, eso tendría un impacto nunca visto en nuestra historia. K: ¡Un impacto tremendo! Por supuesto, DB: Creo que nunca antes han existido diez personas que no hayan estado divididas. K: Esa es la tarea de «A» en la vida, decir que eso es lo úni- co importante, Un grupo de diez personas como «A» gene- raría una revolución totalmente diferente, pero ¿lo permiti- ría la sociedad? DB: Se supone que esas personas tendrían esa inteligencia su- prema y, en consecuencia, encontrarían el modo de hacerlo. ¿Es POSIBLE DESPERTAR LA PERCEPCIÓN INTERNA EN OTRO? 119 K: Por supuesto. DB: La sociedad lo permitiría porque esas personas «A» se- rían lo suficientemente inteligentes como para no provocar a la sociedad, de tal manera que la sociedad no reaccionaría hasta que fuera demasiado tarde. K: Exacto. Está diciendo algo que de hecho está sucediendo. ¿Diría también que el trabajo de esas personas «A» es des- pertar esa inteligencia que elimina la oscuridad en los seres humanos, y éste sería su medio de ganarse la vida? DB: Sí. K: Por otro lado, puede que aquellas personas que están en la oscuridad se aprovechen de la situación y exploten a la gente, mientras que las personas «A» nunca harían eso. Sea como sea, aunque parece algo simple, no creo que sea tan sencillo. DB: No es tan simple. K: ¿Es ése el único trabajo de «A»? DB: Bueno, es un trabajo realmente difícil. K: Aun así, quiero descubrir algo mucho más profundo que el mero trabajo. DB: Sí, con el trabajo no es suficiente. K: Efectivamente; pero además de ese trabajo, ¿qué más debe hacer «A»? Aparte de decirle a «B»: «Escuche», y «B» 120 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO se tome su tiempo y, quizá, gradualmente llegue a despertar y alejarse de la oscuridad, ¿eso es todo lo que «A» debe ha- cer en la vida? DB: Eso sólo puede ser una forma de expresar algo más pro- fundo. K: Lo más profundo es aquello otro, la «base». DB: Sí, la «base». K: Pero ¿lo único que «A» debe hacer en este mundo es en- señarle a la gente a salir de la oscuridad? DB: Bien, de momento ese parece ser el trabajo más impor- tante, en el sentido de que si no produce ningún efecto, tarde o temprano toda la sociedad se derrumbará. Deberíamos pre- guntarle a «A», si, en cierto sentido, puede ser mucho más creativo. K: ¿Y eso qué significa? DB: Bueno, no lo tengo claro. K: Supongamos que usted es «A», y dispone de un campo in- menso desde donde puede trabajar, no sólo para mostrárme- lo a mí, sino que vive con ese extraordinario movimiento que no pertenece al tiempo. Es decir, tiene una enorme energía y ha trabajado en todo esto para enseñarme que puedo salir de la oscuridad. DB: Eso sería sólo una parte. ¿Es POSIBLE DESPERTAR LA PERCEPCIÓN INTERNA EN OTRO? 121 K: Por tanto, ¿qué hace el resto? ¿Entiende? No sé si logro transmitirlo. DB: Bien, eso es precisamente lo que intentaba sugerir al re- ferirme a una acción creativa que suceda más allá de esa par- 18: K: Sí, más allá de esa parte. Puede que escriba, que dé char- las, que cure, que haga esto o aquello, pero todas esas activi- dades son muy triviales. Aparte de eso, usted tiene algo más, y aunque yo lo rebaje a esas pequeñeces no puede quedar atrapado ahí. Mi mezquindad le dice: «Debe hacer algo, debe dar charlas, escribir, curar, debe ayudarme a salir de la oscu- ridad». ¿Entiende? Seguidamente, usted cumple con esa pe- queña petición hasta el último detalle, pero tiene algo mucho más grande que eso, algo inmenso, ¿entiende lo que quiero decir? DB: Sí, claro; pero... ¿qué sucede entonces? K: ¿De qué forma opera esa inmensidad en «B»? DB: ¿Quiere decir que hay una acción mucho más directa? K: Una acción más directa, o «A» está haciendo algo com- pletamente distinto para afectar a la conciencia del hombre. DB: Y... ¿eso qué significa? K: Porque «A» no está “satisfecho” con sólo dar charlas y ha- blar; debe hacer algo con esa inmensidad que él es, debe pro- ducir algún efecto. 122 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO DB: ¿Está empleando el “debe” en el sentido de que necesita hacerlo o en el sentido de una obligación”? K: Debe hacerse. DB: Debe necesariamente hacerse. Sin embargo, ¿cómo in- fluirá eso en la humanidad? Ya sabe, eso que dice, la gente podría interpretarlo como que hay alguna clase de efecto ex- trasensorial que se expande. K: Esa es la razón de por qué intento aclararlo. DB: Sí. K: Por eso estoy intentando comunicarlo. DB: No sólo a través de las palabras, de la acción o de los gestos. K: Dejemos a un lado las acciones. El tema es simple; no se trata sólo de esto, sino que esa inmensidad debe... DB:..., ¿Intervenir necesariamente, actuar de forma directa? K: No, no. De acuerdo, esa inmensidad tiene necesariamen- te que actuar. DB: ¿Se trata de otras actividades en otros niveles? K: Sí, otras actividades. Las enseñanzas hindúes lo han inter- pretado como los distintos grados de conciencia. DB: En diferentes niveles o grados de acción. ¿ES POSIBLE DESPERTAR LA PERCEPCIÓN INTERNA EN OTRO? 123 K: Todo lo cual, también es un asunto insignificante. ¿Qué cree usted, señor? DB: Bueno, debido a que la conciencia nace de la «base», la actividad desde la «base» afecta a toda la humanidad. K: Sí. DB: Aunque me temo que, para mucha gente, esto resulte muy difícil de entender. K: No estoy interesado en la muchedumbre; lo que quiero es comprenderle a usted, a «A», y comprenderme a mí mismo, a «B». Esa «base», esa inmensidad, no se limita a un asunto tan mezquino e insignificante como ese, no podría. DB: La «base» incluye todo el universo físico. K: Sí, el universo entero; y reducir todo eso a... DB:... estas actividades tan insignificantes... K::... ¡es un absurdo! DB: Creo que a partir de ahí surge la pregunta, ¿qué impor- tancia tiene la humanidad en el universo o en la «base»? K: Sí, exacto. DB: Porque incluso la mejor de estas pequeñas cosas que he- mos estado haciendo tienen muy poca relevancia en ese es- quema, ¿no es cierto? 124 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO K: Sí, sólo se trata del inicio del capítulo. Creo que «A» está haciendo algo, no “haciendo”, sino que por su misma exis- tencia... DB:... ¿está creando una posibilidad? K: Sí. Cuando uno lee algo de Einstein se da cuenta de que hizo posible algo que el hombre no había descubierto antes. DB: Eso es bastante fácil de entender, porque es una activi- dad dentro de los canales habituales de la sociedad. K: Sí, comprendo. Además de las pequeñas cosas, ¿qué está aportando «A»? Es complicado expresarlo en palabras. «A» posee esa extraordinaria inteligencia, esa energía, ese algo, y debe actuar en un nivel mucho más grande del que uno mis- mo puede imaginar, lo cual debe influir en la conciencia de aquellos que viven en la oscuridad. DB: Es posible. Sin embargo, la cuestión es: ¿de alguna ma- nera producirá un efecto visible? Es decir, un efecto que sea palpable. K: No de forma perceptible. $1 escucha las noticias de la ra- dio o la televisión, se dará cuenta de lo que sucede en todo el mundo y, al parecer, no han producido ningún efecto, DB: Esa es la dificultad, y un tema muy preocupante. K: Pero debe producir un efecto, tiene que producirlo. DB: ¿Por qué dice que tiene que producirlo? ¿ES POSIBLE DESPERTAR LA PERCEPCIÓN INTERNA EN OTRO? 125 K: Porque la luz debe tener un efecto sobre la oscuridad. DB: Quizá «B» diría que, como vive en la oscuridad, no está seguro de la existencia de ese efecto; tal vez exista, pero quie- re ver los resultados. Como no los ve y sigue estando en la oscuridad, pregunta: «¿Qué debo hacer?». K: Comprendo. Por consiguiente, ¿está diciendo que la única actividad de «A» se reduce a escribir, a enseñar, etcétera? DB: No es eso, tan sólo digo que existe la posibilidad de que esa actividad sea mucho más extensa, pero no permite que la veamos; ¡si al menos pudiéramos verla! K: ¿Cómo debería manifestarse? ¿Cómo puede «B», que pide una prueba, lograr verla? DB: La respuesta de «B» podría ser: «Muchas personas han hecho una afirmación similar, algunas de ellas lógicamen- te se han equivocado», No obstante, a uno le gustaría pensar que son verdad. Como sabe, hasta este momento, creo que las cosas que hemos dicho tienen sentido, hasta cierto pun- to son lógicas. K: Sí, comprendo lo que dice. DB: Pero ahora está diciendo algo que va mucho más allá, algo que otras personas han dicho de forma muy parecida, y uno considera que esas personas estaban equivocadas o, al menos algunas de ellas, se engañaban a sí mismas. K: No; la respuesta de «A» es: «Estamos siendo muy lógi- COS». 126 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO DB: Sí, pero en ese momento la lógica no nos lleva más le- jos. K: ¡Lo que dice es muy razonable! Pero ya hemos pasado por todo eso de la lógica, por eso la mente de «A» ha dejado de actuar de manera irracional. DB: Por consiguiente, podemos decir que al ver que hasta aho- ra todo ha sido razonable, «B» confía en que siga siéndolo. K: Sí, exactamente es lo que intento decirle. DB: De acuerdo, pero no hay ninguna prueba. K: No. DB: Entonces, ¿le parece que lo investiguemos? K: Es lo que Intento hacer. I: ¿Qué hay de las demás actividades de «A»? Decíamos que tiene la función de enseñar, pero también tiene otras activi- dades. K: Debe tenerlas, necesariamente debe tenerlas. I: Pero ¿cuáles son? K: No lo sé; estamos tratando de averiguarlo. DB: De algún modo está diciendo que «A» hace posible que la «base» actúe sobre la totalidad de la conciencia humana. lo cual no hubiera sido posible sin «A». ¿ES POSIBLE DESPERTAR LA PERCEPCIÓN INTERNA EN OTRO? 127 K: Sí I: Su contacto con «B» no es solamente verbal y, aunque «B» escuche, hay además otra cualidad... K: Sí; «A» dice que hasta ahí todo es un asunto mezquino e insignificante, eso lo damos por entendido. Sin embargo, «A» afirma que hay algo mucho más grande. I: El efecto que produce «A» es, quizá, mayor de lo que pue- da expresarse en palabras. K: Estamos intentando averiguar qué es eso tan grande y que, necesariamente, debe actuar. I: ¿Es algo que se expresa en la vida diaria de «A»? K: Sí; según parece se expresa en la vida diaria de «A» mien- tras está haciendo cosas bastante insignificantes: enseñar, es- cribir, llevar la contabilidad, o lo que sea, pero ¿es eso todo? Parece tan absurdo. DB: ¿Está diciendo que en la vida diaria «A» no aparenta ser tan diferente como cualquier otra persona? K: No, aparentemente no. DB: Pero está sucediendo algo más que no se detecta, ¿no es así? K: Así es. Cuando «A» habla, tal vez sea diferente, tal vez diga las cosas de otra manera, pero... 128 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO DB:... eso no es lo importante, porque hay muchas personas que dicen las cosas de manera distinta a los demás. K: Por supuesto, pero «A» ¡ha pasado por todo eso desde el principio mismo!, tiene toda esa energía a su disposición y parece ridículo reducirlo todo a estas actividades mezquinas e insignificantes. DB: Permítame hacer una pregunta. ¿Por qué la «base» ne- cesita a este hombre, a «A», para actuar sobre la humanidad? ¿Por qué la «base», por así decirlo, no puede actuar directa- mente sobre la humanidad para aclarar de manera definitiva las cosas? K: ¡Ah!, un momento, un momento. ¿Está preguntando por qué la «base» necesita actuar? DB: ¿Por qué necesita de un hombre como «A» para influir en la humanidad? K: ¡Oh!, eso puedo explicarlo fácilmente; forma parte de la existencia, como las estrellas. I: ¿Puede la inmensidad actuar directamente sobre la huma- nidad o tiene que comunicarse con un hombre para intervenir en la conciencia de la humanidad? K: Estamos hablando de dos cosas. Una es: quiero averiguar porque «A» dice: «No voy a limitarme a escribir y a hablar, eso es demasiado pequeño e insignificante». Y la otra pre- gunta es: ¿por qué la «base» necesita a este hombre? No lo necesita para nada. LES POSIBLE DESPERTAR LA PERCEPCIÓN INTERNA EN OTRO? 129 DB: Pero una vez que ese hombre esté aquí, la «base» se val- drá de él. K: Así es. DB: De acuerdo, pero ¿existe la posibilidad de que la «base» actúe para aclarar todo esto? K: Es lo que quiero averiguar, por eso digo, en otras palabras, que la «base» no necesita a ese hombre, sino que ese hombre ha tocado la «base». DB: Sí. K: De manera que la «base» lo está utilizando, digamos que está empleándolo; él es parte de ese movimiento, pero ¿es eso todo? ¿Entiende lo que quiero decir? ¿Estoy planteando preguntas erróneas? ¿Por qué ese hombre debería hacer algo más, aparte de esto? | DB: Bueno, quizá no haga nada. K: Puede que el mismo no hacer nada sea el hacer. DB: Al no hacer nada, facilita la acción de la «base»; pue- de que sea así, al no hacer nada sin ningún propósito con- creto... K: Exactamente, ningún propósito concreto que pueda tradu- cirse en términos humanos. DB: Bien, pero, aun así, ese hombre está sumamente activo no haciendo nada. 130 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO I: ¿Existe para ese hombre alguna acción que esté más allá del tiempo? K: Él es esa... E: Entonces, no podemos pedirle resultados a ese hombre. K: Él no está pidiendo resultados. I: Pero «B» está pidiendo un resultado. K: No, tal vez «A» diga: «Mi responsabilidad es hablar, etcé- tera», aunque sean tareas insignificantes. No obstante, existe un campo inmenso que debe influir en toda la humanidad. DB: Hay cierta analogía que, tal vez, no sea muy apropiada, pero podemos considerarla. En química, un catalizador faci- lita que se produzca cierta acción sin intervenir, simplemen- te por el hecho de ser lo que es. K: Sí, pero ¿es eso lo que está sucediendo”? Aunque sea un asunto insignificante. DB: De acuerdo. I: Aun así, «B» podría decir que no está sucediendo nada, porque el mundo sigue en la confusión. Por tanto, ¿existe al- guna prueba de la actividad de ese hombre en el mundo? K: «A» dice que lo lamenta porque esa pregunta no es válida, no está interesado en probar nada, no se trata de demostrar o aclarar algún problema matemático o técnico. Dice que él ha recorrido el camino del ser humano desde el principio hasta ¿ES POSIBLE DESPERTAR LA PERCEPCIÓN INTERNA EN OTRO? 131 el mismo final, y que existe un movimiento que es intempo- ral. La «base», que es el universo, el cosmos, el todo, no ne- cesita a «A», pero ese hombre ha dado con ella, aunque siga viviendo en este mundo y diga: «Escribo, hago esto o aque- llo», pero no lo hace para demostrar que existe la «base» ni para conseguir nada, lo hace sólo por compasión. Sin embar- go, existe un movimiento mucho más grande, que necesaria- mente influye en el mundo. I: ¿Esa influencia que ejerce ese gran movimiento se expre- sa a través de «A»? K: Sin lugar a dudas. «A» dice que algo más está intervinien- do y que no es posible expresarlo en palabras, por eso pre- gunta: «¿Qué debo hacer?». Un hombre como «B» no tiene ninguna posibilidad de comprenderlo, porque inmediatamen- te lo convierte en fantasía. No obstante, «A» sigue diciendo que existe algo más, de lo contrario todo sería demasiado in- fantil. DB: Creo que en estos momentos la visión general que tsobre el universo poseen las personas, es que no tiene ningún sen- tido, que se mueve de cualquier manera, que las cosas sim- plemente suceden y ninguna de ellas tiene el menor signifi- cado. K: No tienen el menor significado para ese hombre «B» que está aquí, pero ese hombre «A» que está allí, supuestamente hablando, asegura que tienen pleno significado, un significa- do que no ha sido inventado por el pensamiento. Ahora bien, dejemos la inmensidad y todo eso. Lo que dice «A» es: «Tal vez surjan diez personas con esa percep- ción interna, y eso produciría un efecto en la sociedad». No 132 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO tendría nada que ver con el comunismo, el socialismo, esta o aquella reorganización política, sería algo totalmente distin- to, basado en la inteligencia y la compasión. DE: En el caso de que surjan esas diez personas, quizá enton- ces encuentren la manera de difundirlo mucho más. K: Eso es lo que trato de ver, DB: ¿A qué se refiere? K: «A» trae el universo, pero «B» lo reduce a algo trivial. DB: ¿Está diciendo que si toda la humanidad lo viera sería algo diferente? K: ¡Oh, sí, por supuesto! DB: ¿Sería un nuevo...? K:... sería el paraíso en la Tierra. DB: Una estructura totalmente nueva, K: Por supuesto. Pero aun así, no termina de convencerme. DB: Entonces, ¿qué puede hacer? K: No me “satisface” permitir que esta inmensidad quede re- ducida a unas pocas palabras, parece tan absurdo e increí- ble. Mire, lo que le interesa a ese hombre «B» son conceptos como: «Enséñeme», «demuéstremelo», «¿qué beneficios ob- tendré?», «¿influirá en mi futuro?» ¿Entiende? Esa es la úni- LES POSIBLE DESPERTAR LA PERCEPCIÓN INTERNA EN OTRO? 133 ca cosa que le preocupa, y entonces mira a «A» con ojos que están habituados a esa ¡mezquindad! De ese modo reduce esa inmensidad a Su propia mezquindad y, seguidamente, al colocarla en un templo la pierde por completo. No obstante, «A» le dice: «No voy a darle importancia a eso, existe algo mucho más inmenso, por favor, considérelo». Pero a pesar de todo, «B» sigue traduciéndolo porque quiere una demos- tración, una prueba o una recompensa; eso es lo único que le preocupa. De modo que «A» trae la luz, es todo cuanto pue- de hacer, ¿no es suficiente? DB: ¿Traer la luz que permitirá a otra gente abrirse a esa in- inmensidad? K: ¿Es eso así? Sólo vemos una pequeña parte, pero ¿esa pe- queña parte se extiende hasta el infinito? DB: ¿Una pequeña parte, de qué? K: No, tan sólo vemos la inmensidad como algo pequeño, pero esa inmensidad es el universo entero. No puedo evitar pensar que debe tener algún efecto tremendo en «B», en la sociedad. DB: Por supuesto, si eso se capta, debe producir algún efec- to; pero, según parece, por el momento eso otro no está en la conciencia de la sociedad. K: Lo sé. DB: No obstante, a juzgar por lo que dice, ¿el efecto está ahí? | 134. VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO K: Sí. I: ¿Está diciendo que captar incluso una pequeña parte es el infinito? K: SÍ, por supuesto. I: ¿Es ese factor en sí mismo el cambio? DB: ¿Cree usted en la posibilidad de que eso pueda cambiar el curso del peligroso rumbo que la humanidad está siguien- do? K: Sí, eso es lo que creo. Sin embargo, para desviar esa co- rriente que lleva a la destrucción del hombre alguien debe es- cuchar, ¿entiende? Alguien, diez personas, ¡deben escuchar! DB: Sí. K: Escuchar la llamada de esa inmensidad. DB: Por tanto, esa inmensidad puede cambiar el curso del hombre, mientras que el individuo no puede hacerlo, K: Exacto, el individuo no puede hacerlo, es evidente. No obstante, «A», que supuestamente es un individuo y ha re- corrido ese camino, dice: «Escuche», pero el hombre no es- cucha. DB: En ese caso, ¿es posible descubrir la forma para que la gente escuche? K: No, ¡eso ya lo vimos! ¿Es POSIBLE DESPERTAR LA PERCEPCIÓN INTERNA EN OTRO? 135 DB: ¿A qué se refiere? K: A no actuar; no hay nada que pueda hacer. DB: ¿Qué significa no hacer nada? K: Esa persona, «B», se da cuenta de que haga lo que haga, ya sea sacrificarse, practicar o renunciar, cualquier cosa, se- guirá viviendo en ese campo de oscuridad. Por eso «A» le dice: «No actúe, no tiene que hacer nada», ¿entiende? Pero «B» lo interpreta, hace de todo menos esperar y ver qué su- cede. Señor, debemos seguir investigándolo, porque desde el punto de vista de «A» no existe la menor esperanza. Más allá del tiempo, capítulo 8 Ojai, California, 19 de abril de 1980 OBRAS CITADAS Charlas en Europa 1967 Comentarios sobre el vivir, tomo II Conversaciones con estudiantes Diario HH Diario IH Educación e integración El arte de vivir El despertar de la inteligencia El propósito de la educación La educación y el significado de la vida La libertad interior La pregunta imposible La urgencia de un cambio 138 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO Libérese del pasado Más allá de la violencia Más allá del tiempo Obras completas, tomos IHI, IV, XV Principios del aprender Temor, placer y amor Usted es el mundo FUNDACIONES El legado que Jiddu Krishnamurti dejó en sus enseñanzas forma parte de la responsabilidad de las Fundaciones creadas como iguales por él, con el propósito de preservar la integri- dad de lo que él expresó durante muchos años y en diferentes lugares del mundo. Las siguientes Fundaciones creadas por Krishnamurti son las únicas instituciones responsables de la preservación y di- fusión de sus enseñanzas: Krishnamurti Foundation Trust - KFT www.kfoundation.org — kfte2+brockwood.org.uk Krishnamurti Foundation of America - KFA www.kfa.org — kfakfa.org Krishnamurti Foundation India - KFI www.kfionline.org — kfihq € md2.vsnl.net.in Fundación Krishnamurti Latinoamericana - FKL www.fkla.org — fklOfkla.org Para la consulta y lectura de charlas y diálogos de Krish- namurti pueden hacerlo adquiriendo la nueva versión del CD-ROM, o de forma gratuita en la nueva web www.¡krish- namurti.com, proyecto común de las cuatro Fundaciones. 140 VIVIR EN UN MUNDO SIN SENTIDO Estas Fundaciones se responsabilizan y garantizan la au- tenticidad e integridad de los contenidos de todas las publica- ciones realizadas por ellas, libros, vídeos, casetes, DVD, et- cétera. Para cualquier duda o consulta rogamos contacten con cualquiera de estas Fundaciones. Jiddu Krishnamurti, tal vez el pensador indio más aclamado y carismático de los últimos tiempos, nos invita en este libro a hallar paz y vivir en armonía en esta sociedad confusa y violenta, en este mundo que parece no tener sentido. K asegura que el individuo puede ser feliz en todo momento, sin importar las circunstancias o contextos en los que se encuentre. Y puede serlo porque la auténtica felicidad no depende de la se- guridad material o del cumplimiento de determinados dogmas y rituales, mas porque consiste en una dimensión propia del amor. Si uno comprende realmente el amor y la belleza que habita en nuestro interior y en los demás, entonces surgirá la paz. Una dicha espontánea que no es el resultado de ningún esfuerzo por conseguirla. Nacido en el sur de la India y educado en Inglaterra, Jiddu Krishnamurti (1895-1986) ha sido uno de los sabios más fascinantes del siglo xx. Sus escritos y conferencias han inspirado a infinidad de personas. Algunos de los numerosos libros de Krishnamurti publicados por Kairós se anuncian en las solapas de este libro. f 9 "7 biduria perenne 88472"457768 „nn E; al N sin